El deterioro está a la vista. Con corrosión en sus pilotes de acero y vigas metálicas se encuentra el muelle del cantón San Lorenzo, provincia de Esmeraldas, construido hace seis décadas para fomentar el desarrollo económico-turístico de esta zona, con la llegada de buques de alto calado. Ahora están dando pasos para procurar recuperarlo.

La estructura está afectada por la gran concentración de salinidad en el ambiente estuarino. El escaso mantenimiento, tanto preventivo como correctivo, ha afectado a este ícono patrimonial del cantón que está en pésimas condiciones y en peligro de colapsar.

Siendo este muelle un patrimonio cultural e histórico, la Alcaldía de San Lorenzo, presidida por Glenn Arroyo, desde el año 2020 inició acciones junto a ciudadanos para salvaguardar este embarcadero, que funcionó hasta que el tren llegó a esta ciudad de la Tierra Verde.

Se conformó el Comité Cívico Pro Reconstrucción del Muelle y después, en resolución del Concejo Municipal, se dispuso hacer las gestiones para asumir la competencia, pues se encuentra bajo custodia de la Capitanía de Puerto.

Según información del Cabildo local, “en coordinación con la Capitanía de Puerto se elaboró toda la documentación necesaria de solicitud del muelle”, la cual fue remitida a los mandos superiores de la Armada Nacional. Con la competencia seguirán con el proceso.

Otra acción fue crear una página web para la recaudación de fondos. Y con una “campaña que incluye diseños, artes, recursos comunicacionales y motivacionales, entre otros”, aspiran a lograr su objetivo.

La habilitación del muelle ayudaría a fomentar el turismo y el comercio, pero sobre todo a recuperar parte de la historia de San Lorenzo.

Cuando en 1830 Juan José Flores asumió la Presidencia, se habilitó un puerto en la bahía del Pailón. En 1918 el presidente Baquerizo Moreno nombró una comisión para nuevos estudios del puerto antes de iniciar los trabajos del ferrocarril en la ruta Quito-Ibarra-San Lorenzo.

La ruta del ferrocarril llegó a esta población esmeraldeña en 1957 y volvió a exponerse la necesidad de tener un muelle para exportar los productos. Finalmente, en 1959 se inició la construcción de esta obra que ahora luce en abandono. (IC)