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Buena Vida

Los devotos llevaron lo mejor de sus cosechas ante el santo para que los alimentos no falten en este tiempo de pandemia.Yadira Illescas

San Isidro Labrador, un cultivador de vidas

En Picaihua, parroquia de Ambato, devotos agradecieron a este santo por sus cosechas. Esta tradición lleva más de cien años

Unos creyentes llevaron flores, otros frutas y también animales a la misa de san Isidro Labrador, en la parroquia Picaihua, sur de Ambato, provincia de Tungurahua. Le hicieron esas ofrendas porque el santo intercede ante el Creador para que no les falte el agua, la producción y los animales en los campos.

Días antes, la imagen fue llevada a los barrios y caseríos, donde era recibida con flores y fuegos artificiales. A su paso los devotos se inclinaban y clamaban en oraciones para que no escaseen sus cosechas y que pronto la humanidad sea inmunizada y termine la pandemia.

El periplo con la imagen se cumple desde diciembre hasta el 12 de enero de 2021, día consagrado a san Isidro Labrador en la que es la parroquia ambateña más poblada.

En esa fecha no hubo ferias, ni comparsas, pero sí el acto litúrgico presidido por monseñor Giovanny Pazmiño. Los pocos devotos que llegaron a la iglesia central llevaron sus mejores ofrendas al patrono.
Los priostes se encargaron de rendir honor al patrono de la parroquiaYadira Illescas

CAMBIOS EN FESTEJO

La festividad a san Isidro Labrador se prepara con meses de antelación, pero esta vez los priostes solo organizaron el acto litúrgico y se cambió la procesión por el recorrido de la Virgen por toda la parroquia.

Romel López, presidente del Gobierno Parroquial, comentó que era necesario realizar la homilía con el fin de incentivar a las personas a no perder la fe, a que sigan creyendo en Dios, porque pronto llegará la calma.

Gloria Jácome, una de las devotas, manifestó que siempre le encomienda sus cosechas al santo. “Tengo fe porque permite que no escaseen mis productos y cuida de mis animales que luego los llevo a vender al mercado”, expresó la productora.

Monseñor Pazmiño manifestó que es importante permitir que Dios se presente como el labrador, cultivador de las vidas. “Los agricultores tienen la experiencia de trabajar en el campo y saben el cuidado que requiere cada producto para evitar la plaga. Así actúa Dios cuando permitimos que entre a nuestros corazones”, indicó monseñor.

Ricardo Criollo, párroco de la parroquia, puso de ejemplo que así como Dios estuvo junto a san Isidro, también lo hará con cada una de las personas que le permitan. (YIE)