El momento en que suena la alarma es para muchos uno de los más molestos del día, ya sea por pereza o porque faltaron algunas horas de sueño.

Hay quienes tras posponerla un par de veces logran despegarse de las sábanas sin mayor dificultad; mientras que para otros levantarse de la cama puede ser un verdadero desafío.

Los del segundo grupo no necesariamente son dormilones empedernidos: podrían padecer dysania, “un término poco conocido que se utiliza para referirse a aquellas personas que son incapaces de levantarse por las mañanas”, explica el doctor Mark Salter, del Colegio de Psiquiatras de Reino Unido, a BBC Three.

Se trata de una condición que trasciende el sentirse más cansado de lo habitual en la mañana: “es una incapacidad crónica de salir de la cama”, apunta ese medio.

Según expertos, es el reflejo de que algún aspecto en el ámbito físico, emocional y psicológico no está funcionando adecuadamente, originando la incapacidad de despertarse.

Diferente a lo que podría creerse, no se la considera una enfermedad del sueño, más bien estaría relacionada con malas costumbres a la hora de dormir, estrés, ansiedad y depresión.

“Es una cuestión de hábitos, de comportamientos aprendidos y de educación, más que de una cuestión genética. Esto no es algo fisiológico, ya que las actividades diarias determinarán tu tiempo de descanso y tu tiempo activo”, señala para la revista Vogue el doctor Reyes Haro Valencia, director de la Clínica de Trastornos del Sueño de la UNAM.

Según Europa Press, existen recomendaciones generales que se pueden aplicar para evitarlo, como tener una rutina de sueño adecuada, evitar comidas pesadas antes de dormir y hacer ejercicio diario.