Renato Abad, el Américo ecuatoriano (tras su participación en el programa ‘Yo me llamo’ de Teleamazonas), le abrió las puertas de su casa a EXTRA y desde su cama reveló las tácticas que emplea ‘entre sábanas’ para lidiar con los problemas.

El cantante quiteño, de 34 años, es un aficionado de la decoración, jardinería, carpintería, pero también de una buena compañía a la hora de aplacar la soledad.

¿Le ‘metió mano’ a su habitación?

Sí. Casi en todo. Este cuarto está hecho a mi medida. Desde el clóset y la cama que hice. Las paredes las arreglé y pinté. Decoré a mi gusto, con plantas también. Todo me agrada hacerlo. Por eso mis amigos me dicen MacGyver (un agente creativo).

Es hábil con sus manos ¿Qué es lo que mejor hace con ellas?

Hago cositas mágicas. Soy medio brujo. Tengo el poder de curar dolores del cuerpo. En alguna ocasión lo hice con el hijo de un amigo.

¿Por qué tiene una cama tan grande?

(Risas). Mi cama es apenas de tres plazas. Solo con tres o cuatro entro, pero depende para qué. No puedo estar solito y peor dormir sin nadie. Me da depresión. Si no hay gente, me acompaña mi perro Yunior… por si acaso se escribe con “Y”, porque es guayaco.

¿Qué es lo que mejor hace entre sábanas?

Resolver problemas. Aquí soluciono todo, sin importar la dificultad. (Risas)

¿Con cuántas mujeres ha estado aquí?

Con muchas. Desde modelos con las que he grabado vídeos, hasta otros amores… como mi mamá, mi abuelita, mis tías.

¿Cuál es la posición que más le gusta?

Me gusta hacerlo en ‘cucharita’ (carcajadas). Pero debo aclarar que para dormir, siempre tengo que abrazar, caso contrario no puedo.

Quien se ‘encama’ con usted ¿corre algún riesgo?

Ninguno. Si amanecen conmigo, amanecen compuestas, arregladitas y renovadas.

Además de dormir, ¿para qué utiliza su cama?

Para comer. Siempre me espera una buena presa en la cama o sino llevo la comida, usualmente por las noches. Soy noctámbulo.

¿Qué tal es para un ‘mañanero’?

Para uno de esos soy malísimo. Ni pagado funciono. Solo con un buen bolón y café me levantan.

¿Es friolento?

Al contrario, soy muy caliente. La ropa me estorba. Por eso duermo desnudo, y quien esté a mi lado debe estar igual, sino me da vergüenza.

¿Cuál es su secreto para estar en forma?

Hago la dieta del lagarto… todo lo que veo me lo harto (risas). Soy de buen comer, pero también hago ejercicio tres veces a la semana y practico boxeo.

Tiene una Biblia en su velador...

Sí. Creo en Dios, pero no practico ninguna religión. Soy muy espiritual, creo en la energía y sobre todo en el amor.

¿Cómo le va en eso?

Estoy feliz. Muy tranquilo. Enamorado de mis fans.

¿De qué vive actualmente?

De uno que otro show y de los arriendos de mi casa. He tenido conciertos en tarimas móviles, principalmente en la Amazonía. Por allá nos ayudan más a los artistas. He estado en El Chaco, Dayuma y Tena.

¿Su público lo piropea mucho?

Siempre. Hombres y mujeres. El 30 por ciento de mis fans son gais. Fui nominado dos veces ‘Orgullo gay’, en 2017.

¿Qué es lo más raro que le han dicho?

Una vez me dijo un gay: “¡Ay, si fueras torcido!, pero solo puedo mirarte porque estás en otro canal”. Las mujeres en cambio me regalan ropa interior. Alguna vez me dieron un hilo. Tenía escrito el número de teléfono. Otras me han besado en la boca...