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Buena Vida

¿Qué es el síndrome del nido?
Esta manifestación es una de las cosas raras que ocurren en el embarazo. Te da por limpiar toda la casa.
Te da por pintarla hasta por desmontar armarios, clósets para sacar el polvo del último rincón. No te agobies. Tranquila. Que no estás loca. Este proceso también lo provocan las hormonas y se llama el síndrome del nido. Es una sensación de que tiene que estar todo perfecto para recibir al nuevo miembro de la familia.
Este síndrome es provocado por el aumento de los niveles de oxitocina, que se produce aproximadamente a partir de la semana 37 del embarazo. Esta hormona no solo prepara el cuerpo de la mujer para el momento del parto, sino que también estimula las conductas maternales.
“La futura madre adopta un estado de euforia que la impulsa a organizar, limpiar y ordenar la casa de una manera un poco más enfermiza de lo normal”, dijo la psicóloga Selena Villacrés.
Para que superes esta etapa te dejamos cuatro consejos útiles para limpiar la casa:
Purifica el aire
Los recién nacidos son muy sensibles a los olores intensos, a los productos químicos y las típicas fragancias aromáticas, por eso es importante purificar el aire de casa antes de su llegada.
También debes tomar otras medidas que te permitan mantener el ambiente libre de olores intensos, como evitar el uso de ambientadores sintéticos, fragancias, pesticidas o productos abrasivos y blanqueadores. Lo ideal sería no utilizar estos productos al menos una semana o quince días antes de la llegada del bebé.
Lava las cortinas
Las cortinas no solo acumulan mucho polvo, sino que también suelen ser otro de los hábitats preferidos de los gérmenes. Para evitar que esas partículas y microorganismos afecten al bebé y le provoquen una reacción alérgica, será mejor lavarlas entre tres días y una semana antes de la llegada del pequeño. No utilices suavizantes o detergentes con olores demasiado fuertes para que no se impregnen en la casa.
Limpia las alfombras
Ahí suelen acumular mucho polvo y es hábitat ideal para los gérmenes. Por eso, es importante limpiarlas meticulosamente antes de que llegue el bebé. Primero elimina la mayor parte del polvo y la suciedad con una aspiradora seca para alfombras.
Si la alfombra es pequeña, después puedes ponerla en la lavadora, añadiendo un poco de detergente. Si es muy grande, puedes usar una aspiradora a vapor que tenga un cepillo rotativo y use agua caliente, para lograr una limpieza más profunda.
No te descuides de las ventanas
Es un entorno favorable en el que se alojan las bacterias y los virus provenientes del exterior. Al tener tantos orificios suelen ser muy difíciles de limpiar, por lo que es conveniente que empieces al menos dos semanas antes de la llegada del bebé.
Es importante limpiar cada rincón ayudándote con algún cepillo o esponja que te permita eliminar la suciedad con mayor facilidad.