Exclusivo
Buena Vida

El can lleva carteles con mensajes de bioseguridad.cortesía

Pitón, un perro de uniforme

El can fue rescatado por los bomberos de Mejía, en Quito, a quienes ayuda a crear conciencia sobre la prevención del coronavirus

Pitón tiene carácter amable. Le gustan los niños, los jugos y esos huesitos con sabor a carne que le entretienen por horas. Al igual que sus compañeros, el can de raza mestiza viste el uniforme rojo con negro de los bomberos. Se adaptó tan bien al lugar que hasta le han asignado una misión.

Con un cartel colgado al cuello, Pitón, el perro bombero, recorre las parroquias del cantón Mejía, en el suroriente de Quito. Lleva mensajes para prevenir la propagación del coronavirus: distanciamiento social de dos metros, lave bien sus manos, utilice la mascarilla...

Verlo caminar por las zonas más concurridas del cantón es todo un espectáculo. Los niñitos no pierden la oportunidad de tocarlo y sus padres de fotografiarse con la mascota de color caramelo con negro. Pareciera que hasta sonríe frente a las cámaras.

Manuel Garzón Arias es quien cuida del animalito, de cinco años. Dice no poder olvidar el aspecto que tenía su fiel amigo cuando llegó a la Comandancia de Bomberos. “Estaba muy enfermo, de algo como gripe, pues tenía mucha secreción”, narra.

Manuel Garzón lo mima y cuida. Es su compañero en los recorridos de prevención.Cortesía

Era solo un cachorrito, de quizá dos meses, cuando los bomberos lo acogieron. Había seguido a uno de los uniformados hasta el centro de operaciones y, ninguno tuvo corazón para echarlo a la calle. El tratamiento veterinario duró, al menos, un mes y como todo un valiente, sobrevivió.

No es por la serpiente 

Fue tanto el apego de Pitón hacia los miembros de la casaca roja que hasta su nombre está relacionado con el oficio. Muchos piensan que el perrito fue llamado así por la enorme serpiente, pero en realidad es por la pesada válvula de bronce que va en la punta de la manguera y que regula la presión y caudal de agua, explica Manuel.

Aunque es la mascota más servicial del lugar, no es la única. En ese comando viven otras dos perritas rescatadas: Movita y Mantequilla. “Son muy pequeñas por eso es Pitón quien se ha sumado a nuestros trabajos”, añade.

Las donaciones de alimento permiten llenar las pancitas de los rescatadas a quienes les han construido unas pequeñas casas en una de las terrazas del lugar. La atención veterinaria también corre de cuenta de algunos amigos, incluso uno de los bomberos (que adicionalmente es veterinario) los vacuna y los cura cuando se requiere. 

Manuel se siente responsable de su bienestar. Para él son como sus hijos, sobre todo Pitón. Al can lo mima, lo atiende y lo acompaña en sus paseos por Machachi, Alóag, Tambillo y Cutuglagua, sitios en los que comparte con la gente las medidas preventivas contra en COVID-19.

  • DATOS
  1. Pitón es un perro mestizo, de raza grande.
  2. Tiene unos cinco años y medio con los bomberos.
  3. Es muy obediente y sabe algunos trucos que le enseñaron los uniformados.
Todos lo conocen y no pierden la oportunidad de acariciarlo.Cortesía