Todos los niños ecuatorianos tienen derecho de conocer a sus padres. Así lo dice el artículo 21 del Código de la Niñez y Adolescencia. Pero, ¿qué sucede cuando un padre no quiere reconocer al menor? “Se puede acudir ante el juez de familia y solicitar la declaración judicial de paternidad o maternidad por medio de un examen de ADN que deberá pagarlo el padre demandado”, dice Irene Valencia, abogada, con un Phd en ciencias jurídicas en temas de derecho de familia y grupos vulnerables.

La persona que representa al niño en esta acción -de reconocimiento- es su representante legal, en este caso es el padre o la madre que sí ha reconocido al menor como hijo suyo. “Recordemos que los menores de edad no pueden representarse solos en un juicio según el artículo 1462 del Código Civil. Por medio de este acto jurídico se reconoce el derecho a la identidad y el derecho de conocer sus nexos familiares contemplado en el artículo 33 del Código de la Niñez y Adolescencia”, resalta Valencia.

Para complementar

Una vez solicitado el proceso de demanda de declaración judicial de paternidad, el juez realizará la citación al padre demandado, donde él declarará si es o no su hijo. En caso de una respuesta negativa, el representante legal que actúa a nombre del menor hará una nueva solicitud, pedirá que se realice un examen de ADN donde se determinará si tienen vínculo sanguíneo. De acuerdo al artículo 135 del Código de la Niñez y Adolescencia, en caso de que el padre o madre se niegue a realizarse dicha prueba, para así no reconocer el menor, pasa todo lo contrario, el juez presumirá la relación de parentesco y mandará a inscribir al niño con los apellidos del demandado en el Registro Civil. Por lo tanto, no es recomendable negarse a esta solicitud.

¿Qué efecto psicológico acarrea el niño?

Cuando los niños tienen poca o nula relación con sus padres pueden presentarse dificultades para establecer vínculos personales por desconfianza, miedos y poca implicación en sus acciones.

“El miedo al abandono e ideas invasivas de rechazo suelen ser constantes. En mayor complejidad, en los niños se podrían presentar trastornos de aprendizaje y fobias. En la vida adulta, entre la sintomatología más frecuente, se detectan los ataques de pánico, trastorno de ansiedad generalizada, fobia social, depresión, ideas suicidas, acting out. Es indispensable, considerar que el factor familiar influye, pero no condiciona el futuro y la constitución psíquica de los niños”. Laura Soto, psicóloga.

EL ADN

Este examen de laboratorio determinará si existe una relación biológica entre el presunto padre y el presunto hijo. El precio de la prueba oscila entre $600 y $700. El resultado estará en un mes aproximadamente.