Hace medio siglo, en el sector de la transitada calle 38 y la B, en el Suburbio de Guayaquil, empezó a irradiarse la devoción a una representación única de la Virgen María en la ciudad: Nuestra Señora de la Caridad del Cobre.

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Con la presencia del obispo auxiliar de Guayaquil, Gerardo Nieves, y tres sacerdotes que estuvieron al frente de este templo mariano, el último día del mes de mayo celebraron la misa solemne de las Bodas de Oro de aquella semilla de fe sembrada en la populosa zona porteña.

A finales de mayo, cinco décadas atrás, comenzó a florecer esta especial veneración y en los actos por el Jubileo de los 50 años se recordó los inicios, así como a aquellos que han sido parte de la historia de este templo, sacerdotes, voluntarios, familias y comunidades que han jugado un papel crucial en la edificación y mantenimiento del lugar con su oración, esfuerzo y dedicación.

Estos 50 años han sido un “testimonio del amor y la fidelidad de Dios”, difundieron en la parroquia, donde miran el futuro con un renovado compromiso de servicio a la comunidad.

Antes era una capilla

Mientras decenas de niños participaban en clases de catequesis de primera comunión, en diferentes grupos, frente al altar, ante las imágenes de Cristo Crucificado, Nuestra Señora de la Caridad del Cobre y el Señor de la Buena Esperanza, el diácono Gonzalo Cadena Bolaños hizo memoria de los orígenes del templo.

Según recordó que en esa esquina donde se levantó la iglesia, había una capillita que era parte de la parroquia El Cisne, la cual estaba dedicada al Señor de Buena Esperanza. Esta imagen es la más antigua que conservan en esta casa oración.

La Virgen de la Caridad del Cobre es una representación muy conocida en Cuba y su establecimiento en suelo porteño se debió a que a este sector fue asignado el sacerdote Hugo García, de origen cubano, quien introdujo la devoción a la Madre celestial en la advocación que veneran en el país centroamericano, según recordó el diácono Gonzalo Cadena.

Por gestiones del religioso, la capilla se convirtió en iglesia y el 31 de mayo de 1975 fue fundada la parroquia por monseñor Bernardino Echeverría, según refiere el diácono.

La devoción a la Virgen de la Caridad se forjó en un templo de caña y tiempo después con la ayuda de los feligreses se fue construyendo la primera parte del templo. Entre los años 85 y 90 se construyó la segunda parte, así como la casa parroquial.

Celebración en el mes de septiembre

A esta Virgen la celebran, especialmente, en cada mes de mayo y en septiembre, con motivo de su Natividad. La novena se la hace en los diferentes sectores y por tradición, la imagen es llevada a cada uno de los barrios escogidos.

La docente jubilada María Eugenia Chunga Quinde, de 82 años, tiene especial veneración para esta advocación mariana y en este tiempo de vigencia de la parroquia, ella ha participados de diversas actividades.

La devota resume que tuvo la dicha de conocer el templo de donde es originaria la Virgen, en el pueblo El Cobre, en Cuba. “Ella (la imagen) está en el altar y cuando el sacerdote sale va dando una vuelta y la imagen va girando despacito al paso del sacerdote”, cuenta. Por la virgencita doña María vivió una experiencia increíble e invita a ser devotos de ella, porque es “muy milagrosa” y a disfrutar sus próximas fiestas patronales en el suburbio porteño.

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