Para Malena Bonilla de Crespo, educadora especial con más de 30 años de experiencia, la conversación entre los padres de familia y el pediatra que atiende al niño es la base para identificar de manera temprana alguna neurodivergencia.

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Ella considera que no tiene nada que ver si los padres son primerizos porque “los médicos siempre preguntan la evolución del pequeño”. Sin embargo, las señales básicas, considera, serían algunas relacionadas con la vida cotidiana.

“Es un hecho que los niños giran la cabeza cuando los llaman por su nombre a los pocos meses de edad. Si no lo hace, ya es un signo”, comenta.

Pero Bonilla aclara que este signo no es definitorio para establecer algún diagnóstico. “Este proceso toma mucho más tiempo”, dice.

Otra de las señales que destaca son los tiempos para realizar pasos en su evolución, como por ejemplo, gatear o levantar la cabeza.

Por su parte, el psicólogo del Instituto de Neurociencias, Julio Rigail, explica que una neurodivergencia es la diversidad de condiciones psicológicas y neuronales. “El autismo, la dislexia, trastorno por déficit de atención son parte de las neurodivergencias”, confirma.

Rigail también detalla que para dar por hecho el diagnóstico se deben agotar todas las opciones de atención médica, es decir, primero debe ser revisado por un pediatra, luego por un psicólogo y, finalmente, por un neuropsicólogo clínico. “Finalmente, lo que se busca es funcionalidad de la persona”, enfatiza.

Por su parte, Bonilla subraya la importancia de la intervención temprana para estimular el desarrollo en caso de identificar alguna neurodivergencia. “Sería aún más problemático si no se trata de una neurodivergencia, sino de una discapacidad intelectual sin rasgos físicos evidentes, como el síndrome de Down, y se ha perdido tiempo en la estimulación”.

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- Estimúlelo: Bonilla asegura que la forma más fácil de estimular a los niños es mediante dinámicas en el hogar. Estas podrían ser: encendido y apagado de luces, palpación de agua fría y helada, esconderse detrás de una pequeña toalla, tocar diferentes productos con varias texturas.

- Anótelo todo: Frente a las diferentes ocupaciones, la experta recomienda anotarlo todo cuando se acuda al médico, más aún si se tiene más de un hijo y no se lleva la cuenta de quién ha hecho qué actividad primero.

-Profesionales, los mejores aliados: El pediatra es el mejor amigo de los padres de familia.    Ellos son los que guían a los padres sobre cuáles son las capacidades evolutivas del niño y si este necesitaría atención especializada .

- Ojo con la alimentación: Los alimentos también son fundamentales en el desarrollo del habla. Bonilla asegura que si el niño recibe comida blanda la mayor parte del tiempo, podría verse afectada su habla. La deglución y la masticación están directamente relacionadas con la alimentación.

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