Mis Historias Urbanasblanca moncada

Mis Historias Urbanas: El vuelto

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La historia de esta semana es de mi tocaya Blanca Mora, narrada en primera persona para hacerla más real. Salud por los peligros de la ciudad y sus sustos. Salud por la amistad. Salimos un día al centro.

Mi amiga iba a averiguar el costo de una guitarra y yo la acompañaba, por buen dato. Eran épocas universitarias donde apenas cargábamos para los pasajes. Hecho el trámite, agarramos bus de vuelta. 

Ella se bajó a la altura del estadio Alberto Spencer, yo la vi desde la ventana mientras el colectivo avanzaba. Pensaba en lo desolada que estaba la avenida. Ya saben, poco peatón, mucho peligro, como es tradicional en las zonas vecinas al centro, y en el centro... Y en toda la ciudad. 

Llegué a casa. Sonó el teléfono. Ella. Llorando. Me alarmé. Calma y cuenta, pedí. Un hombre mal encarado, como los que vieron en el malecón el sábado que no hubo bala, la persiguió con el pico de una botella pidiéndole la plata. La plata que no tenía. 

Ella caminaba rápido y más rápido y el tipo atrás. Así por largo rato, hasta que llegando a una farmacia, con la lengua afuera, se detuvo y le confesó la verdad: no tengo dinero. Solo cargo este billete de un dólar para mi pasaje. 

La mandó a la farmacia a cambiar el billete. Le quitó la plata y le dio los 25 centavos que entonces costaba el pasaje para que regrese tranquila. Pero no solo eso. También le preguntó qué línea de bus esperaba y aguardó con ella. Ya saben. Los peligros. 

Ella aprovechó el momento para aconsejar que cambie, que el choreo no es bueno. La dejó embarcada tras despedirse con un beso en la mejilla. "Eres bien valiente, pelada", comentó antes del adiós.