Exclusivo
Buena Vida
Exclusivo
Mis Historias Urbanas: Sepelio de terror
Si tienes alguna historia escribe a moncadab@granasa.com.ec o llama al 042201100 ext. 2099.
8 de octubre, 2017
Todo estaba listo. Los novios decidieron que la boda sería en la playa, así que la mayoría de invitados debían coincidir en el sur para ser trasladados a la recepción ese día. Así fue. Daniel llegó hasta el Forestal con $ 5 y su celular. Era una de esas épocas locas, de moverse sin plata adonde sea, con fe en que Dios provea. Por desgracia, Dios andaba en otras ese rato.
El bus no llegaba aún. En un paneo rápido de la escena, contó a diez personas. Un desfile mortuorio opacó el ambiente de fiesta por un instante. Venía a lo lejos, de sur a norte. Traían el féretro en hombros. Todos a pie.
Ya a media cuadra, como una predicción macabra, alguien de los invitados advirtió: "Ahora están robando así". Daniel sonrió, incrédulo, sin dejar de vista a los deudos, que estaban cada vez más cerca. "¿Era posible?", dudo por las fachas que traían.
Una energía áspera le atravesó la columna. Era angustia, de aquella que sientes cuando sabes que algo pasará. Tarde para huir. La caja fue depositada en el concreto. De esta salió un hombre armado, directo a ellos. ‘Vaciaron’ a todos.
El celular y los $ 5 están en la lista. La gente gritaba, en medio de los insultos de los choros. Una cámara profesional estaba en el piso. Daniel advirtió que uno de los pillos, antes de irse, quería llevársela. La pateó sin saber por qué.
El ladrón, cansado por la escena y al ver a sus compinches dejar el lugar, lo vio con ira y notó que un trípode estaba cerca. "Entonces me llevo esta nota", lo agarró y se fue.
Ya a media cuadra, como una predicción macabra, alguien de los invitados advirtió: "Ahora están robando así". Daniel sonrió, incrédulo, sin dejar de vista a los deudos, que estaban cada vez más cerca. "¿Era posible?", dudo por las fachas que traían.
Una energía áspera le atravesó la columna. Era angustia, de aquella que sientes cuando sabes que algo pasará. Tarde para huir. La caja fue depositada en el concreto. De esta salió un hombre armado, directo a ellos. ‘Vaciaron’ a todos.
El celular y los $ 5 están en la lista. La gente gritaba, en medio de los insultos de los choros. Una cámara profesional estaba en el piso. Daniel advirtió que uno de los pillos, antes de irse, quería llevársela. La pateó sin saber por qué.
El ladrón, cansado por la escena y al ver a sus compinches dejar el lugar, lo vio con ira y notó que un trípode estaba cerca. "Entonces me llevo esta nota", lo agarró y se fue.