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Mis Historias Urbanas
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Mis Historias Urbanas: No te difumines
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25 de febrero, 2018
Te me difuminas por momentos y luego, como rayo en medio de una tormenta, apareces otra vez para anunciar tu ausencia. Entonces recuerdo cómo sonaba tu voz.
Te me difuminas por momentos, sin querer, por esa rutina diaria de respirar y escribir que a ti te agobiaba y te encantaba igual que yo. Luego llegas, en sueños, a decirme que si te olvidamos mueres o morimos.
Te me difuminas y lloro, porque no es mi intención, lo juro. Y juro que te extraño como siempre, como te extrañaba desde antes de perderte... es solo que, ya sabes, la vida...
Quítame esta culpa de encima y vuelve con claridad eternamente, que ya no puedo llamarte en la mañana los 25 de febrero a decirte feliz cumpleaños, aunque aún quiero.
Quítame esta nostalgia que, de vez en cuando, mata un poco, y dime que todo está bien, que nos veremos pronto, que esta distancia no es eterna.
Perdónanos. Estamos aprendiendo de tu ausencia, a tolerarla, a vivir sin verte viajar, sentir, escuchar baladas pop de niño de quince y cantar karaoke de forma atroz.
Perdónanos porque nos dueles como siempre, porque ni remotamente imaginamos que, después de todo, que pese a todo, ahora estás mejor.
Perdónanos por permitir que te difumines en días ordinarios y por llorar, aún, en tu cumpleaños...
Te me difuminas y lloro, porque no es mi intención, lo juro. Y juro que te extraño como siempre, como te extrañaba desde antes de perderte... es solo que, ya sabes, la vida...
Quítame esta culpa de encima y vuelve con claridad eternamente, que ya no puedo llamarte en la mañana los 25 de febrero a decirte feliz cumpleaños, aunque aún quiero.
Quítame esta nostalgia que, de vez en cuando, mata un poco, y dime que todo está bien, que nos veremos pronto, que esta distancia no es eterna.
Perdónanos. Estamos aprendiendo de tu ausencia, a tolerarla, a vivir sin verte viajar, sentir, escuchar baladas pop de niño de quince y cantar karaoke de forma atroz.
Perdónanos porque nos dueles como siempre, porque ni remotamente imaginamos que, después de todo, que pese a todo, ahora estás mejor.
Perdónanos por permitir que te difumines en días ordinarios y por llorar, aún, en tu cumpleaños...