Mis Historias UrbanasPor Blankimonki

Mis Historias Urbanas: Boda cancelada

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El amor verdadero dura dos años, ocho meses, se diría un lustro después él, antes de llegar a esa cafetería a ver a su ex del colegio para plantarle un beso en los labios.

La ve entrar. Tan fresca como hace casi veinte años, con esa sonrisa inolvidable. Se le atoran las oraciones y, en uno de esos intentos por volver a la vida, le dice lo que estaba pensando. “El amor verdadero dura dos años, ocho meses, ¿Sabes?”. 

Ella se puso cómoda con un té helado en la mano. Pasó hace cinco años. Citó en un lugar como este a la que iba a ser su mujer. Estaba tan nervioso como hoy. La vio entrar, hermosa, fiel. Recordó que habían comprado todo y que tenían las cosas distribuidas en su departamento de soltera.

Lo siguiente en la agenda de pareja era la casa, pero él traía la noticia que cambiaría ese plan y todos los planes siguientes. Había embarazado a otra mujer, a una que conoció un día, a una que no amaba.

La novia mandó un camión a la casa, con todo lo que habían comprado. Él se lo envió de vuelta. Y para estar seguro de que no echaría las cosas, llamó a su exsuegra a decirle que por favor tome cada artefacto y lo use o lo venda, como prefiera.

Se canceló la recepción del hotel, se llamó a cada uno de los invitados y se explicó que, por motivos ajenos a la novia, la boda había quedado suspendida. Siete meses después de esa ruptura, él vería a su primer hijo nacer y, dos años después, por argumentos técnicamente profesionales y de conveniencia, selló su unión con matrimonio.

“Pero te juro que por más que quiero no puedo sentirme enamorado de ella. En realidad, si no me he ido, es por mi hijo”.

Se escucha y no lo creía, en lugar de besar a su ex del colegio, como lo había prometido por mensaje, la citó para contarle que el amor dura dos años, ocho meses, que no es feliz y, entre líneas, que busca amante sin compromiso. Ella terminó su té helado y se despidió con un beso en la mejilla.