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Buena Vida
Mi hijo es muy inquieto, ¿qué hago?
Los niños con este comportamiento deben tener límites. De lo contrario, pueden caer en la mala conducta.
Todo niño es inquieto. Es su naturaleza. Generalmente actúan por impulsos, por lo que sus acciones pueden afectar a los demás. Sin embargo, como su tutor, debes saber guiarlo y poner límites. Depende de la edad, ellos no pueden ponerse en el lugar de la otra persona.
Aunque parezca ilógico, a los 3 y 4 años molestar a alguien les causa satisfacción, es como si se sintieran empoderados.
¿Cuándo se debe poner un límite? “Cuando grita, se queja, llora por cualquier cosa, molesta a sus hermanos, a sus compañeros de clase, porque a partir de esto se puede desarrollar un problema”, explica la psicopedagoga Enelliath Naula, experta en estudiar comportamientos infantiles.
No dudes de que tu hijo actúa así porque no quiere que los demás lo molesten.
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Cómo actuar
- Obsérvalo. Es probable que ahí te des cuenta de cuál es su ‘problema’.
- No lo castigues. Opta por un lenguaje firme y un tono de voz fuerte para que te entienda.
- Pon retos. Enseña con el ejemplo. Dile que en casa nadie puede gritar.
- Acompáñalo en sus emociones. Celebra sus triunfos y sé su consuelo en los momentos de tristeza.
- En la escuela. Conversa con la maestra y que te cuente cómo se comporta con sus compañeros.
Las claves
1. Un niño inquieto necesita atención. Y si no la tiene, adoptará una conducta errada para que lo tomes en cuenta.
2. Explícale que hay lugares donde es permitido gritar, por ejemplo los parques, las canchas. Visita estos sitios con él.
Toma nota
El pequeño que no sabe relacionarse con los demás experimentará el rechazo.
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