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Buena Vida
Mercedes Váscones: “Sirvo a Dios por medio de la educación”
La educadora guayaquileña, con más de 40 años de experiencia en el oficio, invita a las familias a involucrarse en la crianza de sus hijos.
La educadora Mercedes Váscones (60) toma en serio su trabajo. Pone el corazón en lo que hace y se ha convertido en un agente de cambio. Dedicó su vida a la educación, desde los 17 años fue profesora y ahora cuenta con su propio colegio, donde becó a todos los niños que perdieron a uno de sus padres durante la pandemia. La llena de orgullo decir que algunos de sus doctores han sido sus alumnos.
En su época de primaria recibió dos castigos. Sin ser malcriada ni inquieta, según ella. Se arrodilló sobre tapillas de gaseosas y le pusieron las orejas de burro. Desde ahí supo lo que quería en su vida: cambiar la manera de educar. “Hablo con la verdad, no doy discursos bonitos, estoy para ayudar a los niños y a sus familias. Sirvo a Dios por medio de la educación”, dice Mechita, como la llaman sus allegados.
¿De qué se siente orgullosa?
Tengo muchos títulos relacionados con educación y con ser coach emocional de vida, que han sido mi herramienta para educar con amor. Me gusta ver a mi exestudiantes ya profesionales y útiles, aportando a la sociedad.
¿Quiénes fueron sus mejores maestros?
La miss Conchita Romo, abuelita de mis hijos, me enseñó a ser educadora; mi mami, Margarita Martínez, a ser buena como ama de casa, ordenada y pulcra. Sé hacer de todo. He barrido hasta en mi colegio junto al personal de mantenimiento. Se enseña con el ejemplo. Y de mi padre, José María Váscones, aprendí a ser honesta, responsable y solidaria. Cuando vivíamos en Machala nos llevaba a entregar regalos a los niños de escasos recursos y créame eran bastantes.
¿Qué rescata de la educación antigua?
Los padres estaban más involucrados en la educación y en la crianza. Algunos de los modernos creen que por comprarle el último modelo de celular cumplen con su rol.
¿Cuál es el principal problema de los niños en estos tiempos?
Los niños de hoy están carentes de amor. La pandemia destruyó muchos hogares, los esposos no se toleraron y los pequeños sufren las consecuencias. En tiempos en clases en línea hay un vacío académico, pero este se puede llenar. Sin embargo, el amor de un papá o de una mamá no. El amor no es negociable.
¿En una educación positiva hay que suprimir los castigos?
No, porque hay límites. A mí también me castigaron con gritos y golpes, pero no culpo a mi madre, porque ese era el único recurso que ella tenía para educarnos. Gracias a ella soy una mujer de bien, no tengo vicios. Un castigo no nos va a dejar traumatizados, cada persona es responsable de sus acciones. Los castigos varían según la edad. A los niños de 4 y 5 años se les dice “te vas a tu dormitorio hasta cuando te lo diga”, ese tiempo solo debe ser entre 5 y 10 minutos. A los más grandes, según sus malas acciones, pero se los castiga quitándoles lo que más les gusta.
¿Qué tono de voz se debe utilizar para reprenderlos?
Hay que hablar con claridad y sin rodeos. El tono, ni bajo ni alto. Dentro de la familia es importante que uno de los padres tome el rol de autoritario y el otro el permisivo, pero eso es de hablarlo con la pareja y llegar a un acuerdo. Esa es la clave para construir vidas.
¿Cuál es la primera escena que se le viene a la mente de la infancia de sus hijos?
Yo terminaba agotada y les decía: “hagamos un concurso, quien se duerme primero gana”, y era obvio que ganaba yo, y ellos empezaban la fiesta, a lo lejos escuchaba sus risas. Antes de dormir rezábamos juntos, todos agradecíamos; pero la que se demoraba en la oración era Fasana, mi hija menor, ella agradecía hasta por las hormiguitas. Mis cuatro hijos tienen un corazón de oro y todos están involucrados en la educación.
La depresión en los niños, ¿por qué se produce?
Existen diferentes causas, pero es primordial comprender y entender que es un trastorno mental que tiene como característica principal el estado de ánimo acompañado de sentimientos de tristeza, alteraciones del comportamiento y más. Los factores psicosociales son el estrés, la vida afectiva laboral o de relación y de personalidad.
* ¿Cómo se la diagnostica ?
Hay que observar la intensidad de los síntomas o cuántas veces se repiten a la semana. No se puede tomar como referente un momento de tristeza o de bajo ánimo. Por consiguiente, es importante acudir al especialista para que indique los procesos a seguir (incluyen estudios, pruebas y exámenes) para identificar qué tipo de depresión van a tratar. Y también influye la edad del paciente.
* ¿Cuáles son las señales de alarma?
Generalmente se ponen irritables, tienen ira y tristeza, acompañadas de llanto con mucho sentimiento, desesperanza, disminución del interés en sus actividades favoritas, aburrimiento, falta de energía, se cansan rápido, se aíslan, se vuelven poco comunicativos, les duele la cabeza y el estómago, tienen mareos, náuseas. Sus conversaciones cambian, hablan de escaparse de la casa o de su intención de suicidarse.