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Buena Vida
María Fernanda Ríos: "Soy una chola superada"
La candidata a viceprefecta del Guayas está orgullosa de sus inicios en la tecnocumbia. Esta es la oportunidad que estaba esperando para hablar
Todo lo que hace es motivo de noticia. Quedarse quieta no está en su vocabulario. Bailarina, cantante, actriz y actualmente diseñadora de moda, María Fernanda Ríos se lanza a una nueva aventura como candidata a la viceprefecta del Guayas.
La recordada Selva Monina de la serie ‘El combo amarillo’ y protagonista de la bioserie ‘Sharon, la Hechicera’ acompaña a Nicolás Lapentti por el movimiento político Pueblo, Unidad y Democracia (PID), lista 4. Ríos se sometió al cuestionario que le hizo DOMINGUERO.
Has hecho casi todo, incluso estudiaste tres años medicina.
Eso fue en mi juventud. Me gradué en la especialización Químico-Biólogo, quería ser cirujana plástica, era mi sueño y el de mi hermana. Nos dicen gemelas, ella es mayor, somos casi que idénticas. Lo que quería la una, quería la otra. Era nuestro camino, antes de que la familia empezara a migrar. Todas se fueron del país, menos yo.
Hay algo de lo cual no te gusta hablar y es de tu época de tecnocumbiera. ¿Por qué?
Eso es algo que se inventó la prensa. ¡Jamás! Jamás me he avergonzado de cómo empecé. Yo ni siquiera me inicié cantando, sino bailando en un grupo que ya no está. La prensa, definitivamente, inventa muchas cosas. En esa época no tenía el carácter para enfrentarlo, sino que dejaba que eso siga ahí y nunca lo paraba. No me sentía preparada como para refutar a quienes daban información falsa de mí. La época de tecnocumbia es maravillosa y yo empecé así… Ni siquiera empecé en la tecnocumbia, sino de vendedora de celulares en un puesto. Eso es lo que nunca he dicho, porque nunca me han dado la oportunidad, tan solo dijeron “ella no quiere hablar”.
Tal vez no hubo la oportunidad.
Sí y tal vez cuando estás surgiendo y no quieren ver tus logros empiezan a querer achacarte de que empezó como tecnocumbiera, ¿pero cuál es el problema? Y el problema no es dónde empiezas, sino dónde terminas. Yo puedo decir que soy una chola superada (risas).
Se decía que Mafer no salía del personaje de diva de Sharon. ¿Tanto así?
No, creo que la gente porque ve un personaje en la TV, cree que es real, porque uno se encarga de hacerlo así. Hay quienes lo viven y se adueñan del personaje. Cada vez que te ven, piensan en esa caracterización. Y no solo hablan de Sharon, sino también de Selva Monina de ‘El Combo Amarillo’, y más que Sharon es Selva, porque es quien me catapultó a la TV.
Ese personaje es el que más quieres y ‘El Combo’ es tu serie preferida.
Lo amo, por siempre y para siempre.
Dices que siempre has sido independiente, trabajadora y eso es lo que tal vez no te permitió tener a tu lado a una persona que solo quería ser chico reality y por eso vino el divorcio. Te divorciaste a los cuatro meses.
El problema no es de forma, sino de fondo. Era un chico al que le gusta también trabajar, pero aquí no había oportunidades para él (Miguel Ángel Álvarez) y tenía que irse a su país, porque allá sí las había. Además de que era ‘paisa’ y tenía su acento, aquí no había un espacio para alguien que hablara de esa forma. El acento neutro no lo podía lograr y lo estuvo estudiando. En su país había diez mil oportunidades. Le va súper bien.
Preferiste sacrificar el amor.
Sí, yo lo sacrifiqué y se lo encomendé a Dios. Sé que me va a seguir bendiciendo con esto y no me he equivocada. Sé que él está de lo mejor por allá. Le dije que un día me lo iba a agradecer y me lo está agradeciendo. Somos amigos, no los mejores. Es bonito ser amigo de una persona a la que amaste alguna vez. Compartiste besos, la cama, tantas cosas maravillosas. Nuevamente los chismes infundados para dañar a los demás es lo que causa que la sociedad te odie o se empiecen a decir cosas que no son reales.
¿Es verdad que donde pones el ojo, pones la bala?
¡Por supuesto!
Eso pasó con Thor y con Fercho Gómez.
Con todos mis ex, ¿qué te pasa?, ¡con todos! Hasta con la política. Donde puse el ojo... y con ese candidato fui binomio (risas).
Dijiste “me gusta ese chico” y hubo un presentador de farándula, que ya no está entre nosotros, quien hizo de Cupido.
Sí, Miguel (Cedeño), pero con Fercho me pasó algo distinto. Después de mi divorcio, estaba feliz con mi soltería, hacía lo que me daba la gana, estaba tan enfocada en mí. Mi proyecto era yo misma, me miraba mami rica. No quería ningún hombre a mi lado, estaba feliz, no quería sufrir, ya no me levantaba con ansiedad , ni llorando, solo pensaba en verme bonita, en empoderarme, en ver el resultado final. Pero me llaman para ‘Soy el mejor’ y fui a las reuniones. Pasó un chico que me saludó, pero no lo recuerdo, estaba antiamor, no me interesaba nada. El amor propio había llegado. Realmente cuando me impactó Fercho no fue ahí, sino cuando lo vi sin camisa. Me dije “el man es”. Obviamente (también por) su dulzura, era súper educado. Él me puso el ojo a mí y tengo que ser sincera, dije que ya no quería relaciones largas. Pensé “vamos a ver, una noche de pasión, a ver qué pasa”, pero no sirvo para esas noches, porque me enamoré.
¿Cuántos años llevas con él?
Vamos a cumplir dos años.
¿La edad molesta?
Para nada, me contagio de colágeno, yo me alimento… Soy como las brujas, necesito a las criaturas para seguir joven. Ese es mi secreto. Cleopatra se bañaba en leche y yo me baño en colágeno. Y desde hace años, ¿acaso que es la primera vez con Fercho? Thor era menor 10 años. Fercho 14 años. Ahora él parece el mayor y yo la menor.
Y ese mito, chisme o leyenda de que tú le compraste la motota.
¡Ay Dios mío!, ni que fuera millonaria. Solo que soy una pobre con estilo. Tenía su moto cuando lo conocí y lo que hizo fue vender esa y comprar una mejor a crédito. Tampoco es la mega moto. Yo lo apoyé, le dije que tenía que trabajar.
Dentro de la política hubo una terna y de esa se iba a escoger a alguien. Dos no quisieron ir, porque no les interesa la política. Entonces dijeron “vamos a llamar a María Fernanda Ríos” y tú aceptaste.
(Piensa)... Sí. Es que yo soy Mafer Ríos, y ellas son ellas. Cada cual tiene prioridades de vida. Es un mundo diferente. No te voy a mentir, tengo años que me ha seguido la política. No es la primera vez. En ese momento no estaba mi cabeza maduramente preparada para ello, porque seguía haciendo TV, tenía mi emprendimiento, muchas cosas que estaban caminando y que no podía dejar solas. Pero creo que todo llega en el momento adecuado, hasta la gente. Y este es mi momento.
Comparaciones e imagen
¿No te gusta que te comparen con otras autoridades o con otras candidatas?
Físicamente, no. Mientras sea guapa... (risas)
Ni con Susana González.
Sabes que veo fotos de ella y digo “¿qué hago ahí?”. Sí nos parecemos. Maquilladas nos parecemos, hay que vernos desmaquilladas. No me molesta para nada. Aparte de que es guapa.
Fuiste la reina de las pelucas. Llegaste a tener una docena, caras, de cabello natural, cada una costaba entre 800 y 1.200 dólares. Las traías de EE. UU.
Sí, las mandaba a ver por Internet. Todavía las conservo, las adquirí cuando hacía ‘Ecuador tiene talento’. Era un show.
Eres la creadora de tu imagen.
Por supuesto, yo era la encargada de producirme, qué peluca me voy a poner, cómo me voy a vestir, cómo quiero que me maquillen, para entrar en el personaje. Cada programa era un personaje para mí.
De niña tuviste una colección de Barbies…
De todos los juguetes, algunos se conservan todavía. Mi mamá era muy disciplinada y jugaba con pinzas. Esa niñez con esos padres fue valiosa. Nos enseñaron a valorar y a cuidar lo que tenemos y a seguir adelante. Y es lo que he empleado en cada acto de mi vida.
- Más de ella...
• Guayaquileña de 40 años.
• En sus inicios pasó por grupos de tecnocumbia (Leche y Chocolate y Kandela & Son), presentó un espacio en RTU.
• Ha participado en programas y series nacionales.
• Es dueña de su marca de ropa.
• Ama el maduro y la sal prieta. Ambos productos no pueden faltar en sus platos.
• Tiene dos perros, Romeo y Julieta, que son parte de su historia con quien fue su esposo.