Además de lo educativos que históricamente pueden ser los cubos de Legos, aquella famosa empresa danesa de juguetes fundada en 1932, Internet siempre le encuentra otros usos. Este, llamado Lego Porn, Lego Pornográfico es válido solo para adultos. ¡A pasarla bomba muñequitos!

Claro que no todas las creaciones bajo la etiqueta de #LegoPorn son todas relacionadas sobre sexo y cariñitos íntimos, sino que así como pasa cuando un plato de comida está riquísimo y se ve bien en la foto como para ponerle un #FoodPorn, hay piezas que simplemente son un verdadero arte y merecen la exclamación: ¡Lego Porn!

Es por eso que como un homenaje a estos simpáticos juguetes plásticos en su faceta más cachonda, Samanta Cole, asistente de edición del espacio MotherBoard en Vice, en su columna Regla 34 revivió todas estas extravagancias —que quizás a ti también se te ocurrieron— posibles de generar juntando algunas piezas de Lego.

Como para hacerse una mejor idea de lo que se viene hay un filme en stop-motion (animación cuadro por cuadro) estrenado en 2007, considerado como uno de los precursores de estas ideas porno, y producido por la youtuber Kimberley Ragan.

La historia contada con Legos es la típica de la novela: llega el chico que viene arreglar un desperfecto y de pronto, la mujer que lo espera en casa desea ese ‘algo más’ que no estaba incluido en el servicio. El mensaje final del video es: “Asegúrate de no pasar solo este Día de San Valentín”. ¡Grrr!

Lo cierto es que esto de querer armar escenas sexuales hasta con los inocentes cubos de Legos es considerado como un fetiche. Dentro de las parafilias sexuales en las que podría entrar, la más cercana es la agalmatofilia. Suena medio impronunciable, pero es bastante vieja y apareció en la antigua Grecia.

En la Revista Argentina de Neuropsiquiatría, Juan Carlos Romi, enumera toda una nomenclatura de manifestaciones sexuales y, la agalmatofilia está catalogada como un apartado de la “erotización con la intervención de ciertos instrumentos”. En este caso con muñecos, estatuas, maniquíes o cualquier objeto inanimado similar. Aquí, por ejemplo, los Legos son los protagonistas.

Detrás de esta parafilia hay toda una historia bastante particular. Incluso no es conocida directamente como agalmofilia sino como pigmalionismo, llamado así por el escultor Pigmalión de Chipre, quien no gustaba de las mujeres por ser imperfectas. Es decir, que lo que él encontró en las esculturas hasta enamorarse de ellas, otros adultos lo vieron en la ‘flexibilidad’ de los Legos para adaptarse a cualquier posición. Cualquiera.

Y ya sin más explicaciones, te dejamos aquí el Gran Álbum del Lego Pornográfico, una recopilación de lo inimaginable con estas figuras. Todo muy cachondo y más allá de lo erótico, bien explícitas.

En redes sociales bajo la etiqueta de la que ya hemos hablado también encontrarás más. Aquí, como abreboca, te compartimos también algunas. Recomendado solo para adultos.