La pandemia causada por la COVID-19 ha tenido un impacto importante sobre el modelo de atención al parto y la lactancia.

Los profesionales aseguran que las personas se contagian a partir del contacto estrecho y mediante pequeñas gotas procedentes del tracto respiratorio de la persona infectada. Sin embargo, hasta la fecha no se ha detectado la transmisión de la enfermedad a través de la leche materna ni el amamantamiento. 

Por lo tanto, “no existen motivos para evitar la lactancia materna ni interrumpirla, ya que protege contra enfermedades y la muerte infantil, especialmente contra las enfermedades infecciosas”, así lo asegura Santiago Chavesta, pediatra especializado en atención integral a recién nacidos y lactantes.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) junto a otras organizaciones y asociaciones internacionales recomendaron mantener el contacto madre-bebé y la lactancia materna.

En los casos de madres infectadas se extremaron las precauciones, a fin de minimizar el riesgo de contagio. 

Ciudados

- Lavarse las manos antes de dar de lactar.

- Utilizar una mascarilla mientras amamanta.

- Limpiar y desinfectar

regularmente las superficies.

- Pedir ayuda para manipular al bebé