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Buena Vida
Irene Valencia: “Llegué a donde estoy gracias a Dios y sin cuerpeo”
La abogada guayaquileña presume de tener un alto coeficiente intelectual. Ahora cuenta con su propio espacio en la pantalla chica y en la radio.
Irene Valencia (36 años) es la abogada que divorció a la deportista influencer KarlaFit en minutos. Por ese caso en particular su nombre viralizó en mundo farandulero, pero no es el único. En su historia judicial tiene muchos procesos sonados que ha ganado, entre ellos, el de la abuelita de Petrillo que obtuvo la tenencia de sus nietos después de que fallecieron su hija y su yerno. ¿Cuánto cobró por esto? “Recibí bendiciones y abrazos sinceros”, cuenta con un brillo especial en sus ojos verdes. Total, la sentencia le sabe a victoria.
Hay abogadas famosas por ser las primeras en litigar, otras tienen popularidad en la política o por ser jóvenes. Pero Valencia tiene méritos por su preparación académica. Está a punto de sustentar sus doctorados en el exterior, un PhD en Relaciones Internacionales por la Universidad Rey Juan Carlos de España y un PhD en Ciencias Jurídicas por la Pontificia Universidad Católica de Chile. A los 22 años fue becaria de la Organización de Estados Americanos (OEA). “Fui la única representante de Ecuador ante 20 países latinos”, dice con orgullo. “Y llegué a donde estoy gracias a Dios y sin cuerpeo”. Suelta una carcajada. Así es ella, espontánea y alegre. Mientras conversa con DOMINGUERO, su teléfono no deja de sonar. La llaman sus asistentes y clientes. Su pasión es trabajar por la gente vulnerable.
Pero no todo fue fácil en el camino de esta joven abogada. Fue víctima de bullying. Cuando inició sus estudios en la Universidad Santiago de Guayaquil, sus compañeros se le burlaron por graduarse en un colegio nacional.
¿Por qué te dedicaste a la abogacía?
Desde los siete años supe lo que quería. Veía películas de abogados con mi papá, Gregorio Valencia. Me llamó la atención la labor social. Desde niña entendí que a través de las leyes podía ayudar a los más necesitados.
¿Qué es lo que más te gusta de tu profesión?
Litigar.
¿Y lo que menos te gusta?
Cuando se cae el satje (sistema judicial ). Es una desgracia, retrasa todo el proceso.
¿Cómo describes este momento?
Este momento en mi vida es de entrega total. Sirvo sin mirar a quién.
Eres esposa, mamá de dos niños pequeños, maestra, comunicadora, estudiante, hija... ¿Qué rol te gusta más?
¡Todos! No cambio nada. Pero mi momento favorito es cuando estoy con mi esposo, Álex Tapia, y mis hijos, Catalina y Aquiles.
¿A quién admiras?
A mi mamá, Irene Balladares. Ella es mi pilar fundamental, formó bien a todos sus hijos.
¿A quién de la farándula no defenderías?
A todos los defendería, incluso a los que se sienten afectados por mi presencia en la televisión.
En tus redes sociales se ve solo éxito, pero sin duda también habrá perdido ciertos casos. ¿Qué sientes cuando eso ocurre?
Se presentan emociones negativas. Creo en la justicia divina y respeto la terrenal. Una audiencia fallida para mí no es una derrota. Seguiré peleando.