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Buena Vida
La vacunación, otra tentación para los infieles
Los expertos en psicología aseguran que tras un periodo de contención, es habitual transitemos hacia la búsqueda de nuevas sensaciones y experiencias
¿Aumentarán las infidelidades con la población ya vacunada? De momento es complicado hacer alguna afirmación contundente al respecto, dice Pablo Mangas Juárez, máster en sexología, pero señala que hay posibilidad de que esos coqueteos virtuales que tuvieron algunos, ahora se lleven al plano físico con la reducción de las restricciones postpandemia.
En Ecuador, según datos del Ministerio de Salud Pública, el 55.1 % de la población ya ha sido parcialmente 'pinchada' -entre primera y segunda dosis-, lo que ha dado lugar al relajamiento de medidas sanitarias, como los estado de excepción y toque de queda, y por ende a que los infieles puedan 'concretar' sus pasiones.
"Tras un periodo de 'contención', es habitual que transitemos hacia la búsqueda de nuevas sensaciones y experiencias. Esto, unido a que muchas personas, por ejemplo, se sienten más seguras al relacionarse con otras que estén ya vacunadas, puede desembocar en que aumenten los casos de infidelidades", explica Mangas a EXTRA.
Es que ser infiel en un mundo con muchas tentaciones, físicas y ahora virtuales, es una tentación constante, resalta la psicóloga clínica Cecilia Chávez Bowen, aunque se trate de una falta de lealtad hacia la pareja.
Así lo ve también su colega Kevin Ubillús, quien determina que la infidelidad es una especie de traición que se comete ya sea en pareja, amistad, o en familia, porque es aquello que "no permite al sujeto valorar a alguien que tiene a su lado".
Básicamente, según Chávez, si una persona es infiel, ya está pasando por encima de ciertos límites y la pandemia pudo aminorar la frecuencia de citas, pero no terminar las actividades extramaritales. Y esto es porque "hay estudios que afirman que no estamos programados genéticamente para ser monógamos", dice Mangas, ya que según él, todas las personas tenemos la capacidad de explorar fuera de nuestros vínculos, pero hay quienes, que por su sistema de creencias, deciden no hacerlo nunca.
"Esto no es mejor ni peor; es simplemente una opción más. Por tanto, todas tenemos la capacidad, pero muchas no deciden voluntariamente desarrollarla", agrega.
No obstante, sostiene que ser infiel en terreno online o físico, conductualmente, no es lo mismo, pero siempre que se da a un tercero el tiempo y atención que corresponde a nuestra pareja, es una infidelidad porque "el sufrimiento que se causa es el termómetro para saber la gravedad del daño causado", señala Chávez.
"Se puede pensar que si es online no causa dolor, pero, sí lo ocasiona, por lo tanto debe tenerse conciencia que los chats no son solo un juego. La facilidad para 'conectarse' hace que las personas que se sienten inseguras en su relación de pareja se 'enganchen' en coqueteos sin pensar que hay un alto riesgo de involucrarse emocionalmente", explica. Y siguiendo con este paralelismo (onlie-físco), asume Mangas que es lógico que en la etapa pospandmeia -con el levantamiento de medidas sanitarias y el incremento de las vacunaciones- aumenten las infidelidades carnales.
"En pandemia se era infiel mediante sexting, web cam y redes sociales. Ahora, en pospandemia y con la creciente vacunación, esos mensajes durante el confinamiento pueden terminar en encuentros duraderos o fugases", comenta Ubillús. Por eso recomienda hablar para no buscar fuera lo que no se tiene en casa.
"En casa, se puede tener todo, si se habla claro, como adultos, sobre las necesidades personales, las fantasías, etc. en el plano sexual y en el plano emocional", insiste Chávez.
EXTRAtips
• Cuando se presenta directamente una tentación, pensar en una pregunta clave ¿Esto me gustaría que me hagan a mí? ¿Cómo se sentiría el otro con mi acción infiel?
• En el caso de los accesos por medios digitales, evitarlos si en realidad no queremos cometer una infidelidad y centrarnos en lo bueno que tenemos con nuestra pareja, amigos o familiares.
• Poner en una balanza lo bueno y lo malo. Pero es muy fácil enamorarse de lo bueno y no de lo malo; solo hay que tener en cuenta que mientras los defectos del otro no dañen nuestra integridad, no crucen la línea del irrespeto y no causen traumas físicos o psicológicos; se pueden solucionar con el diálogo. Y sí causan el daño mencionado, es mejor salir.