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Buena Vida
'Pesqué' a mi hijo viendo pornografía... ¿Ahora qué hago?
Es la gran pregunta que se hacen los padres, pero calma... Te damos algunas 'pataditas' de confianza para que puedas abordar a tu 'bendición' frente a esta temática.
La pornografía de hoy tiene una connotación muy diferente y es predominantemente amateur. Así lo estipula un informe de la Asociación Americana de Psicología (APA) que estima que el 12 por ciento de todos los sitios web son de pornografía, y una cuarta parte de todas las solicitudes de motores de búsqueda son de este contenido.
Sin embargo, los padres siempre han tenido problemas para hablar con sus hijos sobre sexo, pero en un mundo donde la pornografía está como ‘pan caliente’, la conversación es más complicada. Adolescentes, niñas y niños parecen usar el ‘nopor’ como inspiración para incurrir en el sexting, enviando ‘packs’ a sus enamorados o posando de manera provocativa en Snapchat, Instagram y TikTok.
"Antes, teníamos que trabajar para encontrarla, ahora nuestros hijos no", dice la psicóloga Verónica Elghoul, experta en terapia sexual.
Lo que encuentran los niños, ya sea accidental o intencionalmente, dice la profesional, no es la revista de Playboy arrugada del hermano mayor de tu mejor amigo; ahora estas son imágenes gráficas, en movimiento y de alta definición. "Son bastante insensibilizantes y un poco aterradoras", agrega.
Estas imágenes también muestran una representación del sexo algo despojada de elementos tan necesarios como la intimidad, el placer mutuo y la ternura; por no hablar de la falta de variaciones en el tipo de cuerpo u orientación sexual.
"La pornografía les da a nuestros hijos un guion. Los niños creen que saben cómo tener sexo porque lo han visto en algún sitio web y eso es malo, porque la pornografía no es sexo, es sexual”, explica el también psicólogo clínico Mario Villalba, y añade que por lo general, los adultos pueden notar la diferencia entre los dos, pero los niños no.
Los expertos consultados comparten a EXTRA consejos para ayudar a los niños a explorar la sexualidad de manera segura.
“Ya nadie sabe cómo se supone que debe lucir un pene promedio. Incluso los niños ya no ven a nadie con vello público en esos filmes, lo que puede ocasionar trastornos en la sexualidad por el simple hecho de que al no seguir ese estereotipo se sientan sucios o descuidados”, dice la sexóloga. Incluso el concepto de masturbación de un niño puede deformarse: "Literalmente, algunos niños piensan que no pueden masturbarse sin mirar pornografía".
¿Es esto porque los niños, después de ver pornografía, necesitan una estimulación visual más explícita para excitarse? Villalba sugiere que ver ‘nopor’ puede tener impactos a largo plazo en muchos aspectos de la sexualidad, la vida sexual y las relaciones interpersonales.
Menciona que la pornografía es un producto industrial que modifica la forma de pensar sobre el género, la sexualidad, las relaciones, la intimidad, la violencia sexual y la igualdad de género, para peor.
“Se han hecho estudios sobre jóvenes que después de haber visto pornografía convencional tenían más probabilidades de cometer violación o agresión sexual”, comenta.
Un estudio realizado por el Center for Innovative Public Health Research encontró que los perpetradores de violencia sexual de 14 a 21 años habían tenido un acercamiento a la pornografía violenta. Desafortunadamente, hay muchas posibilidades de que el tipo violento sea el que encuentran los niños. “No van a buscar en Google: ‘Quiero pornografía feminista. Ver porno con una historia’”, dice la entendida.
Esa falta de historia, agrega, es uno de los aspectos más inquietantes de la exposición de los niños a estos contenidos porque literalmente no queda nada a la imaginación.
Pero no se trata solo de que los varones exijan ciertos actos sexuales, y no se trata solo de cómo las niñas se identifican y se convierten en mujeres. Esto también va de cómo todos están usando Internet y, al hacerlo, a menudo encuentran pornografía. El problema: están desarrollando su yo sexual a partir de un grupo de información muy estrecho y poco profundo. Y solo hay una solución segura: tú.
“Tus hijos verán pornografía pase lo que pase. Tu trabajo no es evitarlo; es asegurarte de que tengan una educación sexual saludable", recomienda.
ASÍ ES COMO DEBES ABORDAR A TU HIJO SI LO 'PESCAS' VIENDO 'NOPOR'
- ¡No se meterán en problemas!
- Asegúrales que cuando vean algo que los moleste o perturbe no se meterán en problemas por contárselo. "Anímalos a que vengan y hablen contigo".
- ¡Es para adultos, no para niños!
- La pornografía es como juguetes sexuales, café o alcohol. Si se usa con moderación puede ser perfecta. Pero no para los niños y debes decírselo.
- ¡Cuando pase, dile esto!
- Cuando alguien mencione un video pornográfico debes prepararte. Dile: “Oh, sí, interesante. ¿Has visto esto?" y bríndales un video seguro para que haya una distracción rápida.
- ¡Tu teléfono no es un juguete!
"Es como conducir un carro. No le darías las llaves y le dirías: 'Ve, aprende a conducir'. No debes darles tu teléfono y nunca permitir que invada tu privacidad".
- ¡Si ya ve porno, que lo haga como adulto!
- Discute formas de encontrar material que se centre en el tratamiento ético, incluido el uso de anticonceptivos. “Considera suscribirte a un recurso pornográfico no digital o sugerir libros con temas sexuales para una salida menos gráfica pero aún estimulante”.
- ¡Pilas con los aparatos electrónicos!
- Debes evitar el uso de palabras clave en tu computador. Asimismo, actualizar los niveles de seguridad en los dispositivos y mantenerlos en lugares públicos. “Hay que evitar amigos que ven porno y sobre todo tener conversaciones periódicas sobre lo que ve tu hijo”.