La pregunta es ¿cómo reaccionarías ante ello, como padre de familia? La sensación de soledad e incluso tristeza es muy normal, sin embargo, si esta se extiende demasiado… significa que no aceptas que tus ‘retoños’ tienen el derecho de independizarse y vivir su propia vida.

Susana Osorno, experta en salud mental y miembro de la Federación Ecuatoriana de Psicólogos Clínicos considera que las primeras personas en darle seguridad a los chicos son los padres. Trata de vivir con ellos el paso que van a dar, no los hagas sentir mal, ni que se vayan con tristeza de ‘caleta’, precisa la psicóloga.

¿Cuál es el real problema de su salida del hogar? Que los padres no tengan un plan de vida. ¿Qué significa esto? Que no sepan qué hacer con sus días. Los progenitores pasaron tanto tiempo cuidando, atendiendo tanto a los hijos, que se olvidaron de sí mismos y lo que es peor, abandonaron la relación y ahora que no están los muchachos en casa… tú estás con un completo extraño, te sientes incómodo y no sabes qué hacer en esta situación.

¿Qué puedes hacer?

Recordar por qué te enamoraste de esa persona, por qué la escogiste como el padre o madre de tus hijos. “Es un tiempo para aprovechar y avivar la llama del amor en la relación. Por eso es recomendable crear momentos inolvidables para ambos, no olvides que el amor no es un sentimiento, sino una decisión, así que échale tu máximo esfuerzo, los resultados te pueden sorprender.

El confinamiento focalizado que vivimos por causa del coronavirus puede ser aprovechado para estos fines. Si tu pareja se quedó apenado, que el más estable le dé una mano y lo saque de esta tristeza, que lo anime a hacer las actividades que más le guste, así poco a poco va a acostumbrarse a la nueva realidad familiar, enfatiza la experta.

“Los vástagos se van, no porque quieran huir de sus progenitores, sino porque ellos quieren vivir sus propias experiencias. Si siguen viviendo contigo, disfrútalos, pero sin enfrascarte en ellos porque puedes asfixiarlos.

También deben darles recursos emocionales para que ellos puedan seguir su sendero: conocerse, valorarse y respetarse a sí mismos, analizar los pros y contras de sus propias experiencias y de las ajenas con objetividad; aprender a cerrar ciclos de vida y crear sus propios proyectos.

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