Luis Bejarano podría ser considerado un héroe sin capa, que recorre Quito y sus alrededores para ir al rescate de animales en situación de riesgo. Al momento de ayudar, lo que le sobra a este quiteño, de 36 años, es voluntad, valentía y sobre todo amor. 

Su pasión por recoger de la calle a los 'amigos con cola' es tal, que dejó sus estudios de diseño gráfico y luego de ingeniería ambiental, para convertirse en voluntario de PAE (Protección Animal Ecuador), entidad en la que lleva 12 años.

Cuando se solicita su colaboración no necesita de mucho, solo sus implementos de trabajo, un par de jaulas, guantes y conducir el vehículo de la institución. Parte importante de su labor es también su teléfono celular, cuyo número está disponible a cualquier hora y día.

"Recibimos llamadas, correos electrónicos, mensajes de WhatsApp y a través de nuestras redes. La gente nos reporta casi a diario rescates y denuncias, pero le damos prioridad a los animalitos que están en peligro como atropellados, heridos, enfermos, maltratados, cachorros abandonados, hembras en estado de gestación", asegura 'Luchito', como lo llaman y reconocen en las calles.

El rescatista señala que muchas veces cuando les reportan casos de perros abandonados que deambulan por las calles, lo que hace antes de proceder a llevárselo, es analizar el entorno, cerciorarse si tiene casa, lo que por lo general ocurre, ya que ha habido ocasiones en que los amos no son responsables y les permiten a sus mascotas salir a vagar y luego guardarlos en las noches.

"También hay situaciones de un animal abandonado que ha llegado a un sector, pero se vuelve comunitario o sea los vecinos del lugar lo cuidan y le dan de comer. Lo que hacemos con ellos es que vamos y lo evaluamos médicamente, se lo desparasita, vacuna, esteriliza e identifica, esto se hace con todos, pero más prioridad tienen las hembras", explicó Bejarano, quien tiene dos mascotas en su casa, una perra y una gata, ambas rescatadas. Aunque le gustaría tener otras, pero la parte económica y el tiempo se lo impiden.

Para 'Luchito' su labor no es un hobbie, ni un pasamiento, sino pasión por ayudar y prestar su contingente y ayuda a los animales que lo necesitan. Su aporte es principalmente con la fauna urbana, aunque eventualmente le ha tocado rescatar otro tipo de especies silvestres como como son las aves.

Su trabajo de rescatista está llenó de anécdotas, casi todas con finales felices. Una de las que más recuerda y cataloga como la más difícil dentro su carrera ocurrió hace algunos años cuando le avisaron de que un perro mestizo había caído a una quebrada en el sector de Conocoto.

"Alguien lo arrojó o cayó a esa quebrada profunda, nosotros llegamos después de los bomberos. No pudieron sacarlo, ni descender. Yo fui con dos compañeros. Lastimosamente ya era tarde y no se pudo hacer nada. Regresamos temprano al día siguiente y con los vecinos ideamos la forma para descender y pudimos rescatar al perro. Lo salvamos", relata Luis, quien no oculta su felicidad al recordar que el can logró rehabilitarse para luego ser dado en adopción.

Los vídeos de sus rescates los sube a su cuenta de Tik Tok, los cuales han tenido mucha acogida e incluso sus seguidores han alabado su labor.

Su mejor recompensa dice, "es cuando rescatamos perros o gatos y encuentran un hogar. Una familia se va feliz y luego nos mandan fotos y vídeos. No hay dinero que pague todo lo que hacemos por ellos". ¿Y hasta cuándo piensa seguir en esta labor? "Hasta que Dios me lo permita, soy creyente, soy católico. Dios nos pone en el camino y me ha puesto en esta labor para que cuide de los animales".

Aunque ha tenido varias oportunidades de cambiar de oficio, sin pensarlo tanto ha decidido quedarse en la fundación, lo que le ha permitido mantener a sus tres pequeños hijos. "Pienso que mi trabajo es valioso, no lo cambiaría por nada", sentenció 'Luchito', un superheroe quien, sin llevar capa, está siempre presto para recorrer la ciudad e ir a la aventura de un nuevo rescate.