S i el gato pudiera hablar diría las cosas de frente y sin tapujos. Pero con su temperamento es suficiente para dar a entender lo que siente. Si hay algo que no le gusta simplemente lo ignora y se va.

Hay otros que optan por aislarse o esconderse y solo se dejan ver cuando se cercioran de que el peligro ha pasado. También salen de su escondite por hambre y para hacer sus necesidades. Detrás de esa reacción hay numerosas razones, una de ellas, afirma el veterinario Guillermo Torres, la más importante, es el carácter.

“Hay gatos que desde que nacen tienes actitudes diferentes. Es su forma de ser. Hay unos que por naturaleza son cariñosos, juguetones, desinhibidos, otros, en cambio, son ariscos, asustadizos, poco sociables, prefieren esconderse”, explica Torres. 

El gato puede sentirse amenazado por situaciones que desconocemos: sonidos fuertes, gritos, movimientos bruscos. En estos casos, los felinos se esconden. Aquí te damos las soluciones para que su gato se vuelva más sociable.

Nuevo integrante

También influye bastante la llegada de una nueva mascota. Al sentirse dueños de cada espacio de la casa se resienten y se alejan. Se esconden para ver de lejos los movimientos del cachorro o del gatito ‘intruso’. Suelen transformarse y volverse agresivos, pero eso es temporal, hasta que acepte y se haga aliado del nuevo integrante de la familia.

Repisas

Para evitar que se esconda coloca repisas o sitios de descanso en las partes altas dentro de la casa. Recuerda que los felinos aman las alturas y de esa manera harás que se sienta mucho más cómodo y evite meterse en un rincón. Desde las alturas los felinos pueden dar un solo vistazo, observar no solo su territorio, sino además lo que les puede resultar un peligro.

Amor y paciencia

Cuando son muy nerviosos o tímidos la única forma de amansarlos o de llegar a ellos es con obsequios (snacks), jugar, y darles más atención y cariño, para que poco a poco vayan perdiendo el miedo.

Dale sus alimentos

Si conoces su escondite déjale ahí su plato de comida. Lo fundamental es que el animal sepa que eres tú quien lo está alimentando. También resulta importante el hecho de que tenga dos comederos o bebederos repartidos por la casa. Haz lo mismo con los areneros. Eso hará que salga de su ‘guarida’ con toda confianza.