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Buena Vida

El viernes lanzo el libro de su autoría Guayaquil, un nuevo horizonte, en el cual explora múltiples realidades detrás de la campaña por la alcaldía de la ciudad.instagram pancho jiménez

Francisco Jiménez: "Siempre he sido competitivo"

La vida del ministro de Gobierno está llena de matices. De niño fue asmático y como estudiante bastante inquieto. Dice ser un hombre con convicciones

Abogado, político y barcelonista. Tres aristas para abordar a Francisco Jiménez, el actual ministro de Gobierno, quien en el pasado desempeñó otras funciones como subsecretario gubernamental, asambleísta y gobernador del Guayas.

¿A quién le hubiese gustado quemar como año viejo?

Tengo algunos candidatos (sonríe), hay una lista con ciertos jueces y asambleístas. Me reservo sus nombres.

Para muchos usted se dio a conocer como parte de Ruptura 25, ¿con qué cosas rompe en la vida?

Rechazo la corrupción, me molesta la prepotencia, el abuso. Si alguien quiere pasarse de sabido que lo haga con los más fuertes, no con los débiles o los desprotegidos. Es fácil serlo con ellos. Me molesta el sentido de la injusticia y la falta de oportunidades que a veces tiene la gente para salir adelante. Me metí siempre en peleas ajenas por estos motivos.

¿Y en qué la rompe?

Como ser humano procuro ser una buena persona y actuar con decencia y transparencia.

¿Es cierto que siendo un hombre de ‘lazos’ no olvida las ‘correas’?

(Risas) Eso es mentira, puro cuento, siempre he sido radical y silencioso para tomar las decisiones. Cuando apoyo, apoyo y cuando me separo, lo hago para siempre. No hay vuelta atrás.

¿Y qué piensa de Rafael Correa?

Fue una gran decepción. Acá con el presidente Guillermo Lasso me encuentro ante un caballero, un hombre tranquilo, que avanza. Me identifico mucho con algunas de sus características.

¿Tiene amigos en la política?

Claro que sí. Aunque dicen que en la política no hay amigos y los enemigos son bien enemigos, he podido hacer amistades.

"He sido abogado toda mi vida, he vivido de mi profesión, jamás de la política".

¿En este momento de su vida cómo se encuentra?

Bien, tranquilo, pensando en que hemos hecho un buen año, pese a lo difícil que ha sido. Atravesamos momentos complicados, pero logramos sacar la cabeza del agua y estamos tranquilos en este fin de año con la expectativa de que el próximo será mejor.

¿En cuál de los cargos que ha ejercido hasta ahora se ha sentido como pez en el agua?

(Sonríe) Cuando tienes la oportunidad de servir y lo haces te sientes como pez en el agua. El cargo más divertido para mí fue el de secretario del Tribunal Electoral del Guayas, era un muchacho, allá por el año 2002. Recién entraba a la concepción de lo que es el servicio público, a mí siempre me gustó estar en contacto con la gente. He sido abogado toda mi vida, he vivido de mi profesión, jamás de la política.

 Sé que siempre fue un hombre competitivo y que no le ha gustado perder.

Siempre he sido competitivo.

Debía ganar así sea jugando a la burra con los naipes o al quita montón.

 Perder nunca (risas).

Se picaba cuando perdía.

He sido un poquito picado.

¿Cómo fueron esos años de infancia? Haga de cuenta que soy su psicoanalista.

Muy feliz. Mi madre siempre muy arraigada con sus principios, a rajatabla. Y mi papá tenía mucha pasión de vivir. Con mucha vocación hacia afuera, ver el mundo. Fue un equilibro chévere, porque absorbía de ambos.

¿Qué recuerdos guarda de su papá Eduardo Jiménez Parra?

Su pasión por la vida, por su profesión y su lealtad con sus amigos.

Volviendo a su mamá, ¿es cierto que ella le curó el asma?

Sí, es verdad.

¿Qué remedios y cuántas cosas le dio para lograrlo?

(Risas) Fue una aventura. Me llevaban a Salinas por el clima seco, tomé leche de cabra, también a Milagro, donde una curandera con el cuero de serpiente. Me dieron un montón de brebajes y menjurjes, aparte de medicamentos. En las noches me daban los ataques de asma y mi mamá me colocaba unas compresas hirviendo en el pecho, llenas de chocolate. Me curé gracias a ella, era una mujer obsesiva con lo que se proponía.

Determinada entonces.

Fíjate que tiene un nivel de determinación muy tranquilo, respetuoso, paciente y constante. Mujer de ideas fijas y las consigue, pero sin gritar y sin pelearse con la gente.

Me cuentan que usted era terrible como estudiante.

(Risas). Pues fue una época algo revoltosa. Fui muy inquieto.

Y tampoco fue buen alumno.

Al principio sí, en el Liceo Naval.

 Pero en el Javier se hacía la pava para jugar fútbol.

Es verdad, a veces me la hacía para jugar fútbol y el profesor desde arriba gritaba: “Jiménez, regrese ahorita”.

Era tan bueno para la pelota y lo es hasta ahora. De haber visto ese deporte como una profesión, quién sabe dónde estuviera ahora.

"Por el lado de Jiménez, siempre la familia ha sido competitiva. Mi tío Abel Jiménez Parra fue un gran basquetbolista, mi primo Álvaro Cañarte el primer beisbolista de las grandes ligas..."

Me gustaba mucho, entrenaba hasta cuatro horas y lo hice también en la universidad.

Pero esa habilidad y destreza las adquirió con el tiempo, usted tenía la fijación de jugar bien, porque era ‘maleta’ cuando empezó.

Es cierto, no salí dominando el balón. Era maluco, pero lo conseguí. Hasta el punto que luego de graduarme como abogado me fui a estudiar a Francia y jugué como semiprofesional, digamos en una quinta división. Siempre he estado entre el deporte y el estudio.

¿Quién le metió el chip de ser competitivo?

Por el lado de Jiménez, siempre la familia ha sido competitiva. Mi tío Abel Jiménez Parra fue un gran basquetbolista, mi primo Álvaro Cañarte el primer beisbolista de las grandes ligas y un tío abuelo, hermano de mi abuelo Gilberto, fue cácher de la selección de béisbol por 20 años.

¿Y su tío Chombo?

Ese le daba al trago (risas). No era tan deportista. El deporte tiene que ver con la competencia sana, el respeto al adversario, de la lucha por ser mejor, todo eso me llama la atención y lo he vivido en diferentes terrenos.

Lo llamaban Panchito, el relajoso.

Hasta el día de hoy.

 ¿Es cierto que le costó conquistar a su esposa?

Sí, pero lo logré al final haciéndola reír. Nunca me mostré ante ella como alguien que no era.

 ¿Cómo titularía su biografía?

Un hombre con convicciones.

¿Qué dirá su epitafio?

Aquí yace un hombre en paz.

¿Qué le dirá San Pedro al verlo?

Qué pasó que no hiciste lo de acá.

  • En pocas palabras

Colores: Celeste.

Olores: Lavanda.

Sabores: Helado de chocolate.

Un libro: Alejandro Magno, de Mary Renault.

Cualidades: Preparación, disciplina y convicción.

Defectos: Impuntualidad, exceso de pasión, imprudencia.

Su posición: En la media cancha, volante por el centro y la derecha.

Eduardo Jiménez Parra: 
Mi papá. Ejemplo.

Abel Jiménez Parra: Inspiración.

El tío Chombo: Cosa seria.

María Paula Romo: Política.

Rafael Correa: 
Decepción.

Brigitte Andrade: Amor.

Hijos: Mucho amor.

Barcelona: Pasión.

Guillermo Lasso: Líder.

Maceta: Apodo.