La protección contra la radiación, las temperaturas extremas y el clima espacial es vital para establecer una presencia humana duradera en la Luna. Hasta ahora, no se habían encontrado lugares que ofrecieran tal cuidado, pero una investigación publicada en la revista científica Nature ha cambiado las reglas del juego.

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El estudio reveló la existencia de una cueva lunar con una profundidad de al menos 100 metros, lo que la convierte en un sitio ideal para la construcción de una base permanente, según la primera astronauta británica, Helen Sharman.

Los investigadores estiman que esta cueva es solo una de las cientos que se esconden en un “mundo subterráneo lunar por explorar”. Sharman comentó a BBC News que este hallazgo podría conducir a la presencia humana en pozos lunares dentro de las próximas dos o tres décadas.

Sin embargo, la astronauta también señaló la profundidad de la cueva, la cual requeriría que los astronautas descendieran mediante rápel y utilizaran “mochilas propulsoras o un ascensor” para salir.

Lorenzo Bruzzone y Leonardo Carrer, de la Universidad de Trento, en Italia, fueron quienes hallaron la cueva gracias a un radar que penetró la abertura de un pozo en el Mar de Tranquilidad, una llanura rocosa lunar.

“Es realmente emocionante. Cuando haces estos descubrimientos y miras estas imágenes, te das cuenta de que eres la primera persona en la historia de la humanidad en verlas”, expresó un alegre Carrer.

Al comprender la magnitud de la cueva, los investigadores consideraron su potencial como base lunar. “Después de todo, la vida en la Tierra se originó en cuevas, por lo que tiene sentido que los humanos puedan vivir dentro de ellas en la Luna”, reflexiona Carrer.

La cueva lunar no solo ofrece protección contra los elementos hostiles de la superficie lunar, sino que también presenta un entorno único para el desarrollo de hábitats de humanos.

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