¿Se imagina que, al intentar tener sexo con la mujer de sus sueños, su ‘amiguito’ no se levante? Esta situación, aunque puede parecer una simple anécdota, es en realidad.

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El sexólogo y terapeuta de parejas Héctor Chávez comparte el curioso caso de un paciente acostumbrado a parejas robustas, que no pudo tener erección cuando intentó estar con una mujer esbelta. 

Según Chávez, este ha sido uno de los casos más inusuales en su carrera. El paciente, que tenía un historial de encuentros sexuales con mujeres a quienes describía como “tucas” (es decir, de contextura un poco gruesa, mas no con sobrepeso), había tenido un rendimiento sexual impecable con todas sus parejas.

Pero un día apareció una flaca. El joven describió a su nueva pareja como una mujer con un cuerpo mucho mejor que el de sus parejas anteriores.

Tras un período de coqueteo y romance, llegó el día en que iba a ‘coronar’, pero algo inesperado ocurrió: sufrió una disfunción eréctil, algo que casi nunca le había pasado.

Pensando que se trataba de un caso aislado, intentaron nuevamente en otra ocasión, pero el problema persistió. Fue entonces cuando se dio cuenta de que algo no estaba bien.

Decidió probar con otra ‘tuca’ similar a sus anteriores parejas, y para su alivio, todo funcionó perfectamente. “Me dijo: ‘funcioné bien, el problema solo es con ella (la mujer delgada)’”. Ahí comenzó a formarse una idea particular en su mente”, explica Chávez.

El joven estaba confundido y frustrado, ya que apreciaba mucho a su nueva pareja con quien ya tenía una relación sentimental.

Tras seis sesiones de evaluación, Chávez descubrió la raíz del problema: el paciente había asumido que, debido a la delgadez de su novia, necesitaba triplicar su desempeño sexual.

Esta autoimpuesta exigencia provocó una “disfunción sexual focalizada" con aquella chica, lo que hacía que su erección no se mantuviera. “Si te pones en la mente ese chip de sobreexigencia, en muchas ocasiones afectará tu desempeño sexual”, advierte el terapeuta.

Después de identificar el problema, se realizaron algunos ajustes y el paciente recibió ayuda para comprender que no debía sobreesforzarse en el acto sexual, independientemente de la complexión de su pareja.

Finalmente, Chávez comenta que su paciente se retiró con un buen estado mental y no volvió a necesitar más consultas. “Es la ventaja de tratar estos problemas a tiempo”, concluye el especialista.

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