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Personaje

Ricardo con gran dedicación elabora 800 panes al día.cortesía

Un exPPL da ‘camello’ a personas que han estado en ‘cana’

Hace tres años, Ricardo Alzamora salió de prisión y montó una panadería, a través de la cual ayuda a exconvictos. Dice que no puede cambiar su pasado, pero sí su presente y el de otros.

‘El renuevo’ es el nombre de la panadería de Ricardo Alzamora García, de 39 años. Este término lo encontró en su libro favorito, la Biblia y representa la nueva etapa de su vida.

En su natal Playas Villamil está su negocio, el cual funciona desde hace tres años, y en él acogió a dos exPPL (personas privadas de la libertad) como trabajadores, pues él sabe lo que es estar recluido en un centro carcelario y lo difícil que es ser reintegrado en la sociedad, por causa de sus antecedentes penales.

Él fue procesado por homicidio y su sentencia de 25 años se redujo por buen comportamiento a 12, de los cuales ocho estuvo en ‘cana’ y hace tres goza de la prelibertad, fase en la que los sentenciados continúan su condena fuera de prisión.

Viene de una familia de panaderos, pero confiesa que por estar en el mal camino no se esforzó en aprender este noble oficio, sin embargo, en la cárcel Regional Zonal 8 de Guayaquil fue parte del equipo de panadería.

“Solo 10 reclusos podíamos trabajar y nos hicieron una prueba. En ese momento me acordé de todo lo que vi hacer a mi padre. En ese tiempo los panes que producíamos eran vendidos y ese dinero fue guardado en una libreta de ahorros. Nos daban un valor simbólico por su comercialización. Fue un convenio entre BanEcuador y el Ministerio de Justicia, entidad que manejaba las cárceles en ese entonces. Nosotros podíamos disponer de esos valores una vez que estuviéramos afuera”, señala Alzamora, quien afirma que con ese capital pudo montar su panadería y equiparla.

Le ha ido tan bien con sus productos, que actualmente tiene un segundo local, incluso ha podido comprarse su propia ‘caleta’.

'El renuevo' es el nombre de su panadería. Su eslogan es... mientras hay vida, hay esperanza.cortesía

Cadena de bendiciones

Admite ser bendecido por Dios, y ahora él quiere ser de bendición para otras personas que han estado en la cárcel. Por esa razón contrató a Miguel Mosquera Medina (45 años) y a Jesús Rodríguez (32). Ambos trabajaron con él un año y hoy tienen la satisfacción de tener sus propias panaderías.

“Conocí a mi amigo Alzamora en la Regional, los dos elaborábamos panes allá. Yo salí a los 15 años, 6 días de la cárcel y apliqué en tres panaderías, tanto en Durán como en Guayaquil, pero me rechazaron en todas, aún teniendo el conocimiento, habilidad y experiencia. Al revisar mi hoja de vida podían ver mi récord policial manchado y no me contrataban. Lamentablemente no contamos con muchas oportunidades por haber infringido la ley”, expresa Mosquera.

Él es dueño de ‘Mimos’, panadería que abrió hace 10 semanas, sitio en el cual piensa replicar lo que Alzamora hizo con él: emplear a personas que han salido de centros carcelarios, enseñarles el oficio, así podrán sustentarse

Asimismo anhela que ellos también puedan independizarse en su momento y que repitan este tipo de acciones. Demostrar que pueden aportar a la sociedad y que se han regenerado.

Su libro favorito es la Biblia y a través de ella trata de conocer más a Dios.Pixabay

Probando el pan de vida

Cuando Alzamora estuvo dentro del penal, habitó en el ‘Samaritano’, el pabellón de reos cristianos y manifiesta que allí conoció a Jesús. Empezó a orar, a leer la Biblia y a estar presente en los cultos cantando. “Yo era de los que me burlaba de las cosas de Dios, y ahora sé que Él es quien perdona, te da una nueva oportunidad y nuevos pensamientos. Su Palabra dice que Cristo es el pan de vida y el que viene a Él nunca tendrá hambre y sed”, finaliza.

Datos

  • El panadero trabaja con su sobrino de 19 años, Anthony Alzamora, a quien le enseña todos sus conocimientos.
  • Trabaja de lunes a domingo, elabora 800 panes al día y obtiene una ganancia de 150 dólares a diario.