Ponlo así: vas a una tienda de ropa, segmentada por prendas; en una percha hay blusas, en otra faldas y más adelante pantalones. Ese orden te da tranquilidad y buscas específicamente lo que deseas. Pero en cambio, si al llegar te encuentras con una montaña de ropa, se te complicaría cumplir tu objetivo de buscar lo que necesitas; hasta te irías con las manos vacías porque esa montonera te abrumó.

Lo mismo pasa con los niños. Pierden la capacidad de centrarse en un único regalo y disfrutarlo plenamente, ante un montón de juguetes; las emociones se dispersan y podrían salir las siguientes expresiones: “eso no quería”, “me hubiese gustado de otro color”, “ya no me gusta”... y más. Por ello, es importante fijar límites. Así lo afirma la psicóloga María José Jáuregui. 

Preguntas frecuentes para una educadora...

¿Qué le puedo regalar a mis hijos? La mejor opción siempre serán los juguetes educativos que les permitan desarrollar alguna destreza. Es importante poner atención a los gustos de nuestros hijos para adquirir el regalo ideal. Por ejemplo, si le gusta el fútbol, una pelota...

¿Es bueno relacionar los regalos con las notas del colegio? No es bueno. El niño debe tener claro que estudiar es su responsabilidad y una buena calificación es producto de su esfuerzo. Nuestra meta como padres es formar niños triunfadores.

¿Debo esconder los juguetes que recibió? Esconderlos no sería lo ideal. Deja que vea sus juguetes, las muestras de cariño de parte de su familia, pero no le permitas que los use todos al mismo tiempo, con el fin de cuidar sus emociones y que cada vez que abra uno sienta emociones positivas.

En el ámbito educativo, ¿qué ocurre cuando reciben muchos regalos? Ellos pierden el interés. En mis estudiantes he visto que se divierten más cuando juegan con cajitas, bolitas... Seguramente están aburridos de sus propios juguetes. Mariuxi Montenegro de Ortiz, educadora y directora educativa, con más de 20 años de experiencia