La COVID-19 le enseñó a no hacer planes y a vivir la vida como siempre la ha querido. Por eso, terminada la cuarentena, la alcaldesa de Guayaquil, Cynthia Viteri, se tatuó en ambos brazos dos símbolos, un enorme tigre, que le recuerda la fortaleza, y el Om, que significa la unidad con lo supremo, la unión de lo físico con lo espiritual.

Ambos tatuajes son la combinación de aquello a lo que se aferró durante los días de angustia y ansiedad que vivió en la pandemia. El estrés del encierro y coordinar su trabajo desde su dormitorio fue tan grande que subió 27 libras. Pero esto parece no molestarle a Viteri, quien está consciente de que más allá de su imagen está el trabajo y los recorridos que le toca hacer a diario.

Desde su despacho en el Municipio, donde no faltan las flores naturales, sus preciados recuerdos, cuadros y muebles traídos desde su hogar, la alcaldesa de la ciudad que el 25 de julio cumplirá 485 años de fundación, recibió a DOMINGUERO para hablar de su otro lado, ese que pocos conocen.

Alcaldesa, ¿por qué siempre viste de blanco?

Por una razón ‘resencilla’, porque el blanco combina con todo, incluso con blanco (risas).

¿Acaso no sabe combinar la ropa?

Los colores. Para mí lo más fácil es vestirme así, porque me encanta y no me toma tiempo ver qué combina con qué.

¿Quién cuida de su imagen?

Me imagino que yo, no sé qué es imagen. Me corté el pelo hace muchos años por comodidad. En toda esta pandemia pasé con cuatro dedos de raíces, y esa es la única razón que me hace ir al gabinete, las raíces de mi pelo. De ahí como verás no uso gran cosa, ni en mis uñas. Los aretes deben ser los más chiquitos porque son cómodos. Y si ando sin ellos, es porque la mascarilla ni siquiera me los deja usar. 

A las mujeres nos gusta andar producidas, pero usted es la antítesis de todo esto...

Podría ser, porque así he sido siempre; ¿por qué cambiar ahora que tengo un trabajo distinto que me tiene más en la calle que en la oficina? Y para la calle necesito zapatos de caucho, jeans, camisas cómodas y gafas, porque es mejor no maquillarse en este tiempo, y las uso oscuras; con eso no importa lo que tenga detrás de la mascarilla. No me arreglo.

¿Son sus hermanas quienes escogen su vestuario y la asesoran?

Eso es cierto. Pinky y Nathaly son las que incluso me compran la ropa porque no tengo tiempo ni ganas. No tengo mucho tino para eso, casi uso un uniforme en la calle: pantalón, camisa y correa. Lo único que cambio son los colores. Es lo mismo todos los días. 

¿Es una mujer de pantalones?

Sí, y mientras tenga una blusa soy feliz. Estos tacos, que me los puse por ti, llegué y se los regalé a mi hija. Los tacos no van conmigo. Si yo pudiera llevaría mi mochila al hombro, mi camiseta Bvd, mis zapatos de caucho y el jean todos los días, pero mis hermanas creen que por lo menos debo usar una blusa. Soy la hippie de la familia.

CINCO TATUAJES

Tenía tres tatuajes: en el ombligo y las caderas. Pero los de los brazos son nuevos. "Estos son de la época COVID, siempre quise tener tatuajes en los brazos y ahora me los hice. Es el mismo tigre de mi perfil de WhatsApp. Me lo tatué hace un mes y voy a hacerme el pececito de los cristianos. Este símbolo (en el otro brazo) es mi unión con Dios", explica.

¿Cuando la salvó de la COVID?

Y cuando pasamos la COVID, porque necesitaba fuerzas, porque necesitaba saber que siempre estaba con Dios. El tigre es la necesidad de sentirme fuerte y le pedí al tatuador que cuidara mucho la mirada, que está al ataque, en guerra. Cada vez que me siento cansada eso me ayuda. Uno posterga cada cosa que le gusta en la vida.

¿Siempre le han gustado?

Los tatuajes me gustan y por qué no hacerlos, para que alguien no diga nada o que te diga no me gustan, ¿por qué se tatuó?, ¿por qué la alcaldesa se hizo esos tatuajes? Soy yo, soy solo Cynthia ocupando un puesto en este momento; mañana puedo dejarlo de ocupar y volveré a ser la misma de siempre. 

¿Ha escuchado que son adictivos?

Yo paré con los que me hice hace 18 años. Siempre quise tenerlos donde los pudiera ver todos los días. Ahora son para mi gusto. Me voy a hacer otro que me enseñó mi hija menor, que dice ‘Siempre te recordaré', y es un osito envuelto en una cinta. Lo quiero hacer por mi hermano. El otro es un lobo, me encanta por el liderazgo. El águila porque revuela sola; el búho por su sabiduría y belleza; un león por la raíz de Judá y Cristo. Me voy a hacer otro chiquito en el pecho, una rosa que tiene mi hija menor y lo quiero tener igual. Me gusta, lo disfruto y no le hago daño a nadie.

Sus nietos le van a decir ‘guela pandillera’...

Era mi marido quien me decía que me van a llamar así (risas).

Es rebelde. No tiene nada que ver con la imagen de alcaldesa.

Yo he venido aquí a trabajar, no a otra cosa. Mi trabajo es andar en la calle, ver lo que le falta a la gente. Mi trabajo es ver las calles que están dañadas. Cada día visito 5 mil hogares, voy a ver que se hayan entregado las canastas con alimentos. Si hay un perro maltratado o abandonado, voy con mis directores, son jóvenes. 

¿Usted es así?

Yo soy así y así seré siempre. Así nací, medio hippie...

PREGUNTAS SUELTAS

Siempre fue la deportista de la familia. ¿Todavía nada?

Así como andar en bicicleta, uno no lo deja nunca. Yo sé nadar perfectamente todos los estilos, pero hace 5 meses no he hecho deportes, desde que empezó la pandemia.

¿Ha subido de peso?

27 libras. Por comer cada vez que veía lo que estaba pasando.

¿Se llenó de ansiedad?

Totalmente. Comía, comía y comía, y era pan. Pan con queso, todo el día y un café. Contando camas libres, parando el hospital Bicentenario, desde la casa, desde mi encierro, porque fui de las primeras contagiadas.

¿Qué tal se lleva con los memes?

Bien, la política es un meme. Todos los que me hicieron fueron buenos y me hicieron reír. Espero que el del cartelito, que fue fantástico, anuncie también cosas buenas. La gente es superingeniosa.

¿Son crueles las redes?

Si se da la oportunidad de cerrar otra vez el aeropuerto, ¿lo haría?

Si es necesario para Guayaquil, totalmente. Si empieza a venir gente, lamentablemente, hermanos nacionales o extranjeros, que ponen en riesgo lo que Guayaquil ha avanzado en materia de COVID, sí lo volvería a hacer.

¿La asustó la COVID?

Por supuesto que sí, como a todo el mundo. Era increíble ver como la gente moría en las calles, parecía una película de terror. Me asustó lo corta que es la vida y lo complicada que nos la hacemos; qué complicados nosotros haciendo planes para después, si te puedes morir cualquier día.

Fernando del Rincón es un hombre intimidante, ¿se sintió intimidada cuando la entrevistó?

Me gustó; incluso en la segunda entrevista fue más agresivo. He tenido entrevistas con Carlos Vera, y ese es cara a cara; entonces para nada, ya estaba entrenada. He estado en mi partido 30 años, ya estoy entrenada.

ASÍ ES ELLA

Esta guayaquileña de 54 años tiene cinco hijos y va por el sexto nieto. Se confiesa amante de los animales, ha adoptado cuatro.

Antes de dedicarse a la política, fue modelo, periodista y presentadora de TV. Fue varias veces diputada y candidata presidencial por la lista 6-MDG.