Hay amigos peludos, escamosos y emplumados que brindan alegría y compañía, pero existe una realidad más oscura: un reino donde algunas criaturas simplemente no están para ser domesticadas. Desde tiernos mamíferos puntiagudos hasta reptiles con personalidades amigables, estos animales, aunque cautivadores, “son especies que no se debería tener como mascota, además de que no es legal su tenencia en el Ecuador”, explica Estefany Rubio, veterinaria del Hospital de Fauna Silvestre Tueri, de la USFQ.

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No solo se trata de un tema legal, que puede derivar en una pena de privación de libertad entre uno a tres años. Quien ama realmente a los animales, debe entender que, al sacarlos de su entorno natural, se pone en riesgo la salud del animalito, porque “el cuidado que se le puede dar no se ajusta a sus necesidades de vida”, advierte.

Estas son las especies silvestres que más se ‘domestican’ en Ecuador

Pueden parecer adorables, pero son animales nocturnos y solitarios de las sabanas y praderas secas de África Central. En su mayoría, no disfrutan del contacto humano tanto como otras mascotas. Se estresan con facilidad si se manipulan demasiado o si no se les proporciona un ambiente adecuado (ni tan húmedo ni demasiado frío) para su comportamiento natural. 

Este reptil es un ejemplar de las zonas áridas y cálidas de Australia. Mantener las condiciones adecuadas de temperatura, humedad y luz ultravioleta puede ser complicado y costoso para los propietarios.

Además, los dragones barbudos tienen una dieta bastante especializada que incluye una variedad de insectos vivos y vegetales frescos. Esto puede ser un inconveniente económico para algunas personas

Tienen necesidades específicas y requieren de una gran cantidad de atención y cuidado. Son originarios de los bosques y praderas de Europa y son muy activos y territoriales. Ocupan un espacio de 2 kilómetros cuadrados y necesitan mucho tiempo fuera de su jaula para ejercitarse y explorar. Esto puede ser difícil de gestionar para algunas personas que tienen horarios ocupados o viven en espacios pequeños. También son propensos a ciertas enfermedades endocrinas y problemas dentales, que pueden requerir atención veterinaria especializada.

Aunque su tenencia no esté penada por la ley, tenerlas como mascotas no es siempre una buena elección. Las ratas demandan un compromiso en términos de tiempo y atención. El primer factor a considerar es el olor. A pesar de que pueden ser entrenadas para usar una caja de arena, aún es probable que generen un hedor característico que puede ser desagradable para algunas personas.

Son muy inteligentes y necesitan estimulación mental y física constante para mantenerse felices y saludables. 

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