El mundo del modelaje va más allá de las pasarelas. Sobre todo en estos tiempos en que la moda tiene espacios de expresión infinitos. El trabajo de Marisa Papen da fe de ello.

Marisa es una modelo que tiene más de una portada de Playboy en su haber. Digamos que, además de coleccionar publicaciones en las que aparece inmortalizado su bello cuerpo, ella también busca polémicas. 

La bella mujer, por ejemplo, acabó detenida tras recorrer el Vaticano desnuda y cargando una gran cruz de madera (la referencia a Cristo era inevitable), o se ha fotografiado desnuda en la icónica mezquita Hagia Sofía, en Estambul (Turquía).

Ahora, su más reciente trabajo va más allá. Si los ejemplos ya señalados hablan de un desafío a los valores y a las creencias, esta vez las fotografías de Marisa Papen son un verdadero reto a la vida, a su propia vida.

Es que la modelo belga, que es además activista, decidió sumergirse desnuda en el mar. El peligro: comenzó a nadar al lago de grandes tiburones. No tenía protección alguna, más que su piel.

Como decíamos, Marisa Papen es activista. Estas fotografías iban más allá de un fin estético, del juego de luces sombras, formas y la sensualidad que pueden significar la desnudez humana frente a fieros tiburones, acaso uno de los seres vivos más temidos por el ser humano.

La iniciativa de esta sesión fotográfica es fruto de una asociación de la modelo de 28 años con la entidad de protección ambiental Earth Family.

Marisa Papen llama a su trabajo "artivismo", el fruto de una combinación de arte y activismo.

"En el ambiente artístico e intelectual actual de corrección política hipersensible, parece imposible usar el cuerpo humano desnudo como voz, pero Marisa encontró su camino", se lee en su página web personal. "Ella convierte esta complejidad cultural en simplicidad", se señala sobre Marisa Papen. Cierto o no, júzgalo tú mismo.