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Buena Vida
Cuida tu rostro de la contaminación
Sigue esta rutina de belleza para liberarlo de los agentes dañinos que están en el ambiente
Para poder proteger la piel del rostro lo primero que debemos hacer es mantenerlo hidratado y con protector solar, que aparte de ser un inhibidor de radicales libres que producen manchas y envejecimiento cutáneo es un antiage.
Según la cosmiatra Irlanda Castro, hoy en día la radiación solar es tan perjudicial que lo recomendable es protegernos. "Aplicar el protector solar cada 2 o 4 horas. La cantidad va de acuerdo al grosor de la piel. Si es un adulto son 3 dedos, en un adolescente, 2, ponerlo con toquecitos. También hay que cuidar el cuello, la cara, el escote y las orejas de la polución y el smog", sugiere.
También recomendó en el transcurso del día lavarse la cara y retocar el bloqueador; en la noche, tener una emulsión desmaquillante que retire la contaminación del día y usar un jabón adecuado. No olvidar el protector solar frente a la computadora y consumir vitamina C”.
Limpieza
Para eliminar las partículas de contaminación más finas usa desmaquillante para ojos. Luego aplica un gel limpiador que deje tu piel fresca y bien limpia. Puedes optar por las fórmulas que contienen activos anticontaminación y antirradicales libres.
Productos antiedad
Un sérum preventivo que favorezca la renovación celular y restablezca el nivel de hidratación será la mejor defensa para las pieles que están expuestas a la contaminación.
Aliméntate sano
Apuesta por alimentos ricos en antioxidantes (frutas y verduras). Consumir alimentos con vitamina E (frutos secos, aceite y aguacate) y betacarotenos (vitamina A) como hortalizas anaranjadas y verde oscuro, antirradicales libres. Reduce el consumo de grasas y alcohol.
Exfolia
Exfolia tu rostro una vez por semana. Así ayudarás a evitar la aparición de puntos negros y manchas oscuras. Además, eliminas las células muertas de la piel, lo que le da un aspecto opaco.
Protector solar
Usa un protector solar durante todo el año para ayudar a proteger la piel del daño UV, que también empeora el impacto de la contaminación en la piel.