En pleno 2024, para muchas de nosotras los juguetes sexuales guardan un lugar en el cajón del armario. Se convirtieron en una herramienta de autoexploración, o un pequeño gustito para darnos en el día a día.

De ahí que, hace rato, dejamos de ver las tiendas de productos eróticos como algo tabú. Sin embargo, para algunos hombres, las cosas no siempre son fáciles de comprender en cuanto a temas femeninos.

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“¿No te basta conmigo?”, “¿Era necesario?”, fueron algunas de las preguntas que me hizo un exnovio cuando descubrió que yo tenía un Satisfyer. Y eso me hizo analizar algunas de las razones por las que un hombre puede asustarse cuando su pareja tiene un consolador.

Lo conversé con mis amigas e incluso con mi ginecóloga, quien además es sexóloga. “Está celoso”, me dijo una de ellas. Y aunque pudo ser verdad, llegué a la conclusión de que el mayor de todos los miedos del hombre en la cama es el de no sentirse suficiente. Que no nos satisfaga o no nos guste su desempeño es algo que hasta el más viril (entiéndase macho alfa) le pasa por la mente. Entonces, al ver que su novia tiene un juguete sexual, enseguida afloran sus miedos internos.

Y aquí vale la aclaración. Es más que obvio que ningún hombre va a vibrar ni transmitir ninguna onda ultrasónica para hacernos sentir el efecto del vibrador... Pero eso es lo que nos atrae de estos productos. ¡Confiesen, chicas! Sin embargo, un juguete sexual no puede hacernos sentir las emociones que nos despierta un ser amado.

Así que chicos, si tenemos un juguete sexual, este no debe representar una señal de fracaso para ustedes. Es para muchas de nosotras sinónimo de diversión, de experimentación y una herramienta para explorar nuestra sexualidad, como el hecho de descubrir multiorgasmos.

Para que no lleven una relación paralela entre su juguete y novio, hay modelos de uso simultáneo para que lo involucren a él, como por ejemplo, aquel que vibra dentro de la mujer mientras el hombre realiza la penetración, o el que viene con control remoto para que jueguen juntos, cuando no están cerca. Siempre es posible disfrutar.

Sin embargo, si finalmente no hay apertura mental en tu novio y te pide que te deshagas de él, entonces no está de más recordarte esto: a él no debería molestarle que tengas placer propio. Tener celos de un objeto es un sentimiento inmaduro y tal vez estés frente a un hombre inseguro. Si eso ocurre, ¡amiga, date cuenta!, porque es una gran bandera roja.

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