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La investigación analizó, a través de una resonancia mágnetica funcional, los cerebros de las personas cuando otros los tocaban en el brazo y cuando se tocaban a sí mismos.Pixabay

¿Por qué no puedes hacerte cosquillas a ti mismo?

Una investigación de la Universidad de Linköping en Suecia, reveló qué sucede en el cuerpo cuando una persona te toca, a diferencia de cuando uno mismo lo hace.

¿Alguna vez te has preguntado por qué no puedes provocarte cosquillas a ti mismo?

Un nuevo estudio realizado por la Universidad de Linköping en Suecia, reveló qué sucede en el cuerpo cuando una persona te toca, a diferencia de cuando lo haces tú mismo.

La causa: nuestro cerebro. La investigación analizó, a través de una resonancia mágnetica funcional, los cerebros de las personas mientras otros los tocaban en el brazo y en el momento que se tocaban el brazo ellos mismos.

Los investigadores concluyeron que cuando una persona toca a otra, diferentes áreas del cerebro se activan, aquellas involucradas en el procesamiento de las sensaciones táctiles y cognición social. Estas zonas permiten que una sensación sea más intensa que la del contacto personal.

“Cuando otra persona hace contacto físico con nosotros, es una forma de comunicación. Podría ser para obtener nuestra atención, para ofrecer apoyo, o mostrar amor. Es importante para nosotros ser conscientes de ese tipo de contacto”, cuenta Rebecca Böhme, neurocientífica de la universidad, al medio digital Tonic.

Al contrario de lo que sucede en el contacto entre dos personas, durante el auto-contacto, las áreas del cerebro reducen su actividad. “En la mayoría de los casos es solo inquietud nerviosa o autoestima, incluso para el aseo”, agrega Böhme. La sensasión real puede ser exactamente la misma; sin embargo, el cerebro logra diferenciar cuál es más importante, la que proviene de otra persona y cuál no lo es porque deriva de uno mismo.

En el caso de los pacientes esquizofrénicos, el cerebro actúa de diferente manera. Los estudios revelaron que son más exitosos en hacer cosquillas, durante el auto-contacto. La neurocientífica explica que “esto podría estar relacionado con ciertas ilusiones que tienen: cuando perciben sensaciones que realmente provienen de sí mismos como extrañas”.