Buenos días, doña Esperancita, mi nombre es Lissette, tengo 30 años y soy de Guayaquil. Le escribo porque necesito una palabra de aliento. Me casé hace 7 años con el amor de mi vida, pero antes tuvimos 3 años de novios. Al poco tiempo de nuestro matrimonio, mi ex me pidió el divorcio, ya que trabajábamos y no teníamos tiempo para la relación, más pasábamos discutiendo… Me fui a vivir con mis padres y él con los suyos. Esa distancia me dolió la vida, pero supe que ambos habíamos cometido errores. Tiempo después, nos volvimos a ver y nos reconciliamos. Tomamos la decisión de renunciar a nuestros empleos para poner un negocio juntos. Yo fui la más interesada en hacerlo. Pusimos un restaurante y al principio nos fue bien, pero después las deudas comenzaron a atacarnos, el dinero no alcanzaba… Él tiene una hija y no podía pasarle la mensualidad, eso lo estresaba mucho. Empezamos a descuidarnos incluso hasta en el físico, ya que solo pasábamos trabajando para pagar las cuentas. Cuando vino la pandemia, tuve que entregar el local y mudarme donde mis suegros con todas mis cosas amontonadas; fue duro, pues nunca me acoplé a ellos. Allí tuve inconvenientes con mi suegra, y terminamos peleando y separándonos otra vez. Siento que he perdido 10 grandes años de mi vida, me quedé con una profesión colgada en la pared y sin plata… Lo peor de todo, es que aún lo amo… ¿Qué puedo hacer?

Respuesta:

Es la triste realidad de muchas parejas… Cuando no hay organización en la relación suceden estos problemas. Un matrimonio es un proyecto que hay que levantar día a día. Debieron pensar mejor las cosas, antes de dar un paso tan serio. Al parecer, no tuvieron las condiciones para llevar una vida de casados. Eso de andarse yendo donde padres por puro enojo es cosa de gente inmadura. Primero lo primero, debieron pensar en comprar una casa, o al menos ponerlo como meta a corto plazo. Es algo muy importante, y diez años fue tiempo suficiente para hacerlo. Estarían viviendo tranquilos. Cuando uno va por un lado y el otro por otro, la relación no funciona. La pareja debe ser unida en todo, porque al casarte adquieres un compromiso, es decir, estar juntos en las buenas y las malas. La crisis económica es una de las principales causas de separaciones. Pues nadie quiere pasar necesidades en el hogar. Por ello, el trabajo debe ser en equipo, con empatía y respeto mutuo. Además, te hiciste de un hombre con una hija, que aparte de esposo, tenía la responsabilidad de ser padre. Si quieres que las cosas cambien, tienes que cambiar de actitud. Deja de lamentarte por el pasado, y empieza a forjar tu futuro. Puedes trabajar sola, emprender de nuevo. Solo tienes que sacar el valor necesario. Tómalo como un impulso para recuperar el tiempo perdido. ¡He dicho!

Doña Esperancita no solo trata temas relacionados al amor, también de otra índole. Cuente su historia a donaesperancita@granasa.com.ec o puede enviar mensaje al WhatsApp 0990214407.