Buenos días, estimada Esperancita, mi nombre es Christian, tengo 39 años y le escribo desde Riobamba. Tengo un matrimonio de varios años, pero mi relación de pareja ha sido una completa desgracia. Estoy con una mujer que anteriormente me fue infiel dos veces. A pesar de lo que pasó, decidí perdonarla, aunque sinceramente, lo que tuvimos en un principio nunca más volvió a ser igual. Llegué a pensar que podíamos salir adelante incluso con los errores del pasado, pero me di cuenta que no. Hace poco descubrí que me engaña nuevamente, pero esta vez con un hombre casado. Me siento muy mal y al mismo tiempo confundido, pues ella todavía no se ha ido de la casa, es decir, sigue conviviendo conmigo como si las cosas entre nosotros estuviesen perfectas. He querido dejarla, pero no puedo, no tengo las fuerzas suficientes para hacerlo. Hemos tenido varios tropiezos; le he reclamado sus traiciones en algunas ocasiones, pero no le importa nada, y hasta me habla con orgullo de sus amantes. Cuando ha sucedido aquello la he llegado a insultar, porque no tolero su manera de jugar conmigo. Sin embargo, lo que le he dicho no ha servido mucho. Honestamente no sé qué hacer. Dígame, ¿cuál sería la solución? Ya no aguanto esta situación, me estoy volviendo loco…

Respuesta:

Puede que aún sientas algo por ella, pero por lo visto, ella por ti no. Habría que ver qué sucedió en el pasado o qué le hiciste para que te pagara de esa forma. Si fuiste tú quien la engañó primero, tal vez se esté vengando de ti… En todo caso, te informo que tu relación está más rota que una copa de vino tirada al piso. No creo que haya mucho que hacer ahí. Solo debes tomar la decisión de separarte y que cada cual tome el camino que mejor le parezca. Debes actuar con mucha cautela, no es bueno que hagas el papel de inocente sufrido todo el tiempo, tampoco que acudas a la violencia. Ella no se va a ir de allí porque esa también es su casa, claro, hasta el día que se divorcien y lleguen a un mutuo acuerdo. La infidelidad venga de quien venga, siempre será algo negativo para el hogar, estos actos acaban con el núcleo familiar. No tienes por qué volverte loco, solo pon a trabajar tu cabeza y piensa en lo que sería bueno para ti y para todos. Es mejor dejar las cosas en santa paz y sanar las heridas con la ayuda de Dios. No te ahogues en un vaso con agua, simplemente deja que el río siga su cauce. Hay que aprender a desprenderse de las relaciones tóxicas. Cuando no va más, solo queda decir adiós y que le vaya bien. ¡He dicho!

Doña Esperancita no solo trata temas relacionados al amor, también de otra índole. Cuente su historia a donaesperancita@granasa.com.ec o puede enviar mensaje al WhatsApp 0990214407.