Mi nombre es Marcos, tengo 20 años. Necesito que me ayude, ya que consumo drogas. Este vicio lo obtuve de la calle y de un primo, a quien veía consumir casi todo el tiempo. Quería saber qué se sentía estar en el aire. Antes lo hacía no tan a menudo, pero ahora lo hago todos los días. Mis padres están separados y estuve de casa en casa, de gente que les daba la mano. Mi madre desconfiaba de mí. Mi padrastro me dio el apellido, por ende, me crié con extraños. Hasta este momento duermo debajo de los puentes o en veredas. Sin embargo, esto no ha sido impedimento para no trabajar. Por mi deseo de salir de este sufrimiento he pedido ayuda, pero no la consigo en ninguna parte; he hablado con algunas personas que supuestamente trabajan en fundaciones e instituciones públicas, pero no he tenido respuesta de nadie. La verdad, quisiera que una clínica me dé la oportunidad para rehabilitarme gratuitamente. Deseo ser una nueva persona.

Respuesta: 

Marcos, me gusta que busques ayuda voluntariamente, eso revela tu deseo de salir del vicio. Te digo que una forma de descargar tantos problemas es orar o hablar con Dios. Estoy segura que mejorarás espiritualmente, además, encontrarás paz en tu corazón y con el tiempo sanarán tus heridas. Si logras conseguir una clínica de rehabilitación, allí hay psicólogos que te darán el debido tratamiento. Sé que hay algunas casas de salud que se dedican a hacer este tipo de labor social y te darán la colaboración necesaria. Ellos sabrán ubicarte. Todas las personas tenemos una historia que guardamos en nuestros corazones. Pues te aconsejo que comiences perdonándote a ti mismo por haberte dejado llevar por la droga. Perdona a quienes crees te hicieron daño, busca a tu madre y a tu padre, y hagan las paces; incluso perdona a quienes no están en esta vida. Saca todo el dolor que te agobia y sigue adelante.

Atención: Doña Esperancita no solo trata temas relacionados al amor, también de otra índole. Cuente su historia a donaesperancita@granasa.com.ec o puede enviar mensaje al WhatsApp 0990214407.