Hola doña Esperancita, me llamo Kelly, tengo 33 años y le escribo desde Ventanas, Los Ríos. Le cuento lo que me pasa. Mi esposo tiene apenas 20 años y tenemos dos niños, aparte uno que llevo en el vientre. El hecho es que hace un mes se portó mal conmigo, llegó a la casa borracho y me hizo problemas junto a su madre, a tal punto que empezó a gritarme barbaridades delante de todo el barrio, dejándose llevar por chismes de la gente, también intentó golpearme, pero no lo permití. Ni siquiera le importó que estoy embarazada. Ese día tomé la decisión de dejarlo e irme de la casa. Ahora me escribe y me dice que está arrepentido de lo que hizo y me promete cambiar, pero no le creo, ya que su familia siempre lo anda manipulando. Ellos pasan metiéndose en nuestra relación, como si no tuvieran una vida de la cual ocuparse; lo peor es que lo aconsejan mal y él hace caso a lo que le dicen y no a su esposa. La verdad no sé qué hacer, necesito sus consejos. Muchas gracias.

Respuesta:

Entiendo que para el amor no hay edad, pero ustedes son una pareja dispareja. Hacerse de una persona joven equivale a terminarla de criar… en vez de tener un marido que te proteja aguantas los berrinches de un nene que no sabe lo que es un hogar. Tu “esposito” es un inmaduro, no tiene criterio propio y por ese motivo se deja mangonear de los padres. No debes permitir que se metan en tu relación nunca más. Ya van a tener tres hijos y la vida no es un chiste, si no te paras firme te verán la cara permanentemente. Un hombre borracho siempre será un problema, tienes que cortarle ese mal hábito de raíz; si quiere regresar contigo, que haga sacrificios primero. No vuelvas de a gratis con él, que le cueste y que pague sus errores. En cuanto a ti, es mejor que te vayas cuidando de no volver a quedar embarazada, tienes que ser sabia y responsable con tu cuerpo. Si tu marido no sirve ni para padre, ¿para qué le das hijos? Los niños no tienen la culpa de nada, solo son víctimas, seres inocentes. En todo caso, si no quieres seguir soportando esa situación lo más viable es que te separes definitivamente, y no lo pienses tanto, solo hazlo y empieza de nuevo. ¡He dicho!