Mattew Baque (8 años), Rubén Coello (11) y Emily Moncada (9) procuran terminar lo más pronto posible sus tareas escolares para encontrarse con el resto de sus compañeros de la escuela de box, ‘Team Boxing Malvinas’, liderada por Carlos Gruezo Rodríguez, un expúgil de 26 años, quien les enseña gratuitamente y con gran paciencia a más de 70 niños y jóvenes de este sector sur de Guayaquil.

La cita es de lunes a viernes, de 16:00 a 18:00, aunque los sábados realizan competencias entre ellos. Su ‘cuadrilátero’ es una cancha de cemento, de 50 por 50 metros, con una superficie irregular, debido al deterioro del sitio, el cual está ubicado al lado de una Unidad de Policía Comunitaria (UPC), que según las madres de los estudiantes es una gran ventaja, pues así sus chicos están resguardados y pueden entrenar tranquilos.

En uno de los arcos de la cancha está colgado un único saco, confeccionado artesanalmente por el mismo ‘profe’, quien lo ha rellenado de arena y ropa vieja. Al entrenamiento también lleva sus 15 pares de guantes, de segunda mano, los cuales los muchachos tienen que turnárselos en cada clase, pues no hay para todos, pero los pocos implementos con los que cuentan no impiden que ellos ganen medallas de oro, plata y bronce en competencias entre escuelas y que participen en campeonatos como los ‘Guantes de oro’.

Este semillero empezó hace un año y medio, fue un día que no acudió a trabajar al centro a vender agua o ayudar a parquear carros. Sí, a él no le da vergüenza reconocer que la necesidad ha sido su compañera, así como también lo han sido la generosidad, el esfuerzo y la rectitud, características que le han sembrado sus padres, sobre todo Jesús María Rodríguez, su madre, quien lo alienta a no colgar los guantes con su escuela y por más duro que se ponga el round… no puede rendirse, pues todavía no se escucha la campana final.

Donde come uno...

¡Comen todos! Para Carlos eso es un lema de vida, pues él sabe lo que es entrenar sin estar bien nutrido o con el estómago vacío. Y así como se desplaza en el ring, se ‘mueve’ viendo la manera de conseguir donaciones para sus chicos, desde alimentos, mascarillas, entre otros productos. Es que ellos son su familia.

“Nosotros, los padres de sus estudiantes, lo queremos mucho, pues vemos cómo trata a nuestros niños, con mucha paciencia y cariño. Y no solo les enseña a boxear, también les instruye responsabilidad y a nosotros también, por ejemplo, él nos citó para que todos viniéramos a limpiar la cancha antes del entrenamiento”, expresa María Fernanda Meza, madre de familia.

El ‘Rocky’ de las Malvinas quiere levantar líderes dentro de su grupo y a los más serios y disciplinados les pide que dirijan el calentamiento. Es que él no solo los forma físicamente, también entrena su carácter.

A pesar de no contar con mayores recursos económicos, Gruezo ve la forma de seguir adquiriendo más conocimientos para enseñar mejor a sus chicos. Ha realizado cursos para entrenadores nacionales e internacionales, se ha capacitado en lesiones deportivas,asimismo en cómo enfrentar la COVID-19 en el deporte, entre otros cursos. 

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