Exclusivo
Personaje
Conoce a la 'mamá' de la Trinitaria
Perla Gonzales es soltera, pero adoptó en su corazón a adolescentes de la Isla Trinitaria, a quienes evangeliza. Vino al Ecuador por trabajo y terminó laborando para Dios.
Hace 13 años vino de Perú y llegó hasta Guayaquil por una oferta laboral, pero ella cree firmemente que Dios la trajo al país con un propósito, conocer a Jesús y entregarse a sus planes, uno de ellos: ser parte de un ministerio en Isla Trinitaria, en la iglesia evangélica que se congrega.
La limeña cuenta que ‘de una’ no quiso servir, tenía dudas. Pensó en ir si alguien la invitaba y ese día, en pleno culto, el líder de la obra convocó a los creyentes a unirse a esta misión. “Tremenda confirmación, pero no me sentía lista, igual fui. Antes de salir hacia el punto, el líder oró y dijo: Aquí hay una mujer que no se siente digna, apta. Nunca más volví a hacerme cuestionamientos”, manifiesta.
Estando en la Isla Trinitaria se enamoró de los adolescentes, ya van tres generaciones que han estado a su cargo. En la primera tuvo 20 chicos, en la segunda 40, la tercera y actual son 15.
Hace dos años, el ministerio terminó, pero Perlita sigue asistiendo por amor a sus ‘lindos’, así le gusta llamarlos.
Admite que una vez pensó en tirar la toalla, estaba cansada y no tenía ni para el pasaje, pero una chica le dijo: ‘No sé qué vamos a hacer si usted no viene. Llegan, luego nos dejan y nunca se despiden’, esa frase le llegó. “Dios hizo que nos acompañara una persona que vive por mi casa, Él me aseguró la movilización, quiere que yo esté allí y así sea por una sola persona voy a ir”, dice.
Eventos pagados por Dios
Viajes, reuniones de integración, entre otras actividades ha organizado Perlita, para ello ha realizado pulgueros para sacar fondos, pero sostiene que las ofrendas siempre aparecen: casa, vehículo y comida. “Una vez le dije: Señor los quiero llevar de viaje, pero no tengo ni un dólar, tú proveerás. Conocieron Balsapamba, las cascadas de Naranjal y la playa. “A ellos no les cuesta nada, la condición es solo portarse bien en casa, tener una buena libreta, trabajamos en conjunto con los padres”, expresa la ‘madre’.
De igual manera cuenta que el año pasado les hizo una fiesta de gala, una amiga le prestó su casa y sus ‘hijos’ fueron con trajes formales. ‘Mami Perli’ confiesa que no tuvo ‘chance’ ni de tocar puertas, que la gente le escribía para saber qué le faltaba para la reunión.
Las reglas y charlas
Como toda madre ama, pero también corrige, por eso si se portan mal no van a las actividades que ella realiza. También tiene como norma: si premian a uno, lo hacen con todos y si castigan a uno… imagine lo demás, pero siempre les explica las razones.
“Con todo y disciplina me buscan para consejos, los cuales son basados en la Palabra de Dios. Yo les hablo abiertamente de temas como las drogas, los embarazos, el aborto. Les hago hincapié de las consecuencias de nuestros actos”, precisa.
La unidad entre ellos es tan grande, que ni la pandemia pudo separarlos. Y todos los lunes se ven vía Zoom y son puntualitos. Perlita por medio de redes sociales está en contacto con todos sus ‘hijos’. Confiesa que una oveja se descarrió y terminó en prisión, pero gracias a Dios salió y ha enderezado su caminar. “Unos estudian, otros trabajan, algunos ya tienen familia, pero todos están encaminados”, menciona.
Sus ‘lindas’
Isabel Zambrano, de 15 años, dice que con el grupo ha aprendido el valor de la amistad, el amor a Dios. “Yo era antipática y grosera, pero he cambiado. La ‘mami Perli’ es un amor, sin tener hijos es una buena madre con nosotros. Nos quiere, regaña y aconseja”. Su hermana Yamilex, de 13 años, los define como una familia y menciona que sus ‘ñaños’ las cuidan mucho.
Datos
- Las edades de sus chicos oscilan de 11 a 17 años.
- Con la primera generación estuvo siete meses, con la segunda tres años y con la tercera cuatro años.
- Siempre que los moviliza lo hace bajo el consentimiento de los padres de familia.
- Actualmente la ayuda Cristina Carrasco, a los chicos llaman la ‘tía Cristi’.