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¿Te comes las uñas? Podrías padecer este trastorno

Los psicólogos afirman que un gran porcentaje de la población puede sufrir de este trastorno que al principio parece ser inofensivo.

El mal hábito de llevarse las uñas hacia la boca es una conducta frecuente entre niños y adolescentes; sin embargo, son muchos también los adultos que continúan con este mal, según The Journal of Dermatological Treatment.

De hecho, este problema, que parece algo común, se puede llegar a convertir en un trastorno llamado onicofagia.

Con el paso del tiempo, la onicofagia puede provocar múltiples lesiones físicas como problemas con los dientes, deformación de la cutícula, formación de verrugas, infección, hongos y bacterias en los bordes de los dedos.

Muchos psicólogos dicen que morderse las uñas suele ser habitual en los seres humanos con altos niveles de ansiedad y que, en vez de dejar salir sus síntomas, los reprimen y, el comerse las uñas, sería una forma de auto-agresión. Este comportamiento puede tener su origen desde el periodo de lactancia o falta de comidas en las primeras etapas de la infancia. Según explica la Sociedad Española de Medicina Interna, “puede ser una manía, o tener una causa emocional y conductual, que en ocasiones precisar ayuda de profesionales para corregirla”.

Según el estudio publicado en The Journal of Dermatological Treatment, morderse las uñas puede ser una respuesta a una situación que rechazamos: estrés, ansiedad, aislamiento social, miedo. “El mordisqueo de las uñas equivale a otros tics que se observan en las personas, como el agitar una pierna repetidamente, morderse el labio y pestañear de forma rápida”, dice el artículo.

Ya que es un comportamiento totalmente inconsciente, son muchos los que tratan de erradicar este vicio de sus vida, difícil de romper pero no imposible según los médicos. La terapia psicológica es una de las opciones para los que sufren de este hábito ayudándolos a modificar su conducta y a controlar su ansiedad.