Con solemnidad se cumplió la misa de acción de gracias por los 170 años de cantonización de Píllaro, en la provincia de Tungurahua.

Después del acto presidido por monseñor Giovanny Pazmiño y el párroco José Luis Frías, en el cual anunciaron el inicio de la restauración de la iglesia matriz del cantón, realizaron la bendición de las calles. Impartiendo el signo de la cruz motivaba a que la gente no pierda la fe y se auguraba mejores días para la ciudad.

Este es uno de los pocos actos con los cuales se celebra a la Cuna de Rumiñahui. Al igual que en 2020, por la pandemia del coronavirus, la celebración fue limitada.

La Municipalidad programó seis eventos que empezaron el 17 de julio. Entre ellos, retomaron la posta de los pillareños residentes en Quito, pero se la hizo con una representación simbólica.

La noche del sábado 24 de julio se eligió a la nueva soberana. En este evento participaron tres jóvenes: Érika Chiliquinga, representando a la parroquia Emilio María Terán; Jeny Sangucho, candidata por la Pre Liga San Andrés; y, Listbeth Albán, de la empresa privada.

En el programa realizado en el Teatro Municipal y que fue denominado Confraternidad Cultural Pillareña 2021, las candidatas lucieron trajes típicos y en ellos reflejaban la historia de los antepasados.

Después de dos horas el jurado designó a Érika Chiliquinga como la nueva soberana, Jeny es la Señorita Cultura y Listbeth, Señorita Turismo.

La celebración por la cantonización culminará el jueves 29 con la sesión solemne y la noche cultural pillareña.

El alcalde del cantón, Elías Yanchatipán, mencionó que todas las programaciones e incluso hasta las serenatas, son virtuales para seguir precautelando la salud de las personas en tiempos de pandemia.

La fecha inicial de la cantonización de esta ciudad fue el 25 de julio de 1851, en el período Republicano y perteneció a Cotopaxi. Pasaron diez años y en 1861 cuando se creó la provincia de Tungurahua, Píllaro pasó a ser parte de esta y desde ahí se celebra su cantonización cada 29 de julio.

Ubicada al norte de Tungurahua, Píllaro, cuyo nombre significa ‘Cuenca del Relámpago’, en la época antigua estuvo habitada por los Ati Pillahuaso, también por los Tasinteo, Quillacunas, Montugtusas, Huapantes, quienes se destacaban por el amor a la justicia y libertad, según aseguró el historiador Luis Lara.

Lara agregó que ya en la época de los Incas, Huayna Cápac se enamoró de la hija de Ati Pillahuaso y fue como nació Rumiñahui, en el sector denominado Huaynacuri.

En ese sitio se levantó uno de los monumentos del pillareño ‘Cara de piedra’. En la actualidad ha sido restaurado y por lo manifestado por el alcalde Yanchatipán, Huaynacuri es un mirador visitado por muchos turistas. Desde ahí se puede admirar los paisajes del cantón.

Además de su historia, esta ciudad es conocida por sus leyendas. La más contada es sobre la del tesoro de Atahualpa oculto en las entrañas de Los Llanganates, justo en los límites con Píllaro.

Pero a decir del historiador Lara, el mayor tesoro se encuentra en Cerro Hermoso, donde cuenta con flora y fauna únicos en el mundo.

Píllaro también es conocido por sus fiestas populares como la Diablada pillareña, cuya actividad de danzas era una manifestación de rechazo a los conquistadores.

Con sus leyendas, tradiciones y soberanas, Píllaro celebra un año más.