Es común que el concepto ‘autosuficiente’ se confunda con la capacidad de una persona para resolver conflictos emocionales, económicos, sociales, entre otros; un método de supervivencia y superación. Un caso es el autodidacta, quien adquiere solo nuevos conocimientos, o aquel individuo que vive con sus medios, etcétera. Esta sería una autosuficiencia positiva, pero hay una que es perjudicial y afecta a quien la desarrolla.

No tener la capacidad de manejar las emociones puede convertir a una persona en nociva para sí mismo y su entorno , convirtiéndola en egoísta, dice la psicóloga Lady Rojas.

Las razones

Para el psicólogo Eduardo Villacís, la autosuficiencia la genera la inseguridad. La persona podría presentar problemas de autoestima y vanidad.

Su colega señala la ausencia de una figura paterna o materna como una de sus causas. Hay casos en el que los vástagos se han encargado de las necesidades básicas. Pasar por una experiencia de rechazo también puede provocar esta condición. 

Para Rojas, una persona autosuficiente negativa tiene este perfil:

1. Cree ser superior a las otras personas. Tiene la percepción de ser el ‘héroe’ y que solo él sabe hacer las cosas bien, se cree un ‘bacán’.

2. Tiene a minimizar las habilidades y talentos de los demás. Permanece aislado y le cuesta adaptarse, es desconfiado.

3. Es de relaciones amorosas cortas, incluso patológicas. Espera ser amado y que todo gire alrededor de sus demandas y caprichos.

4. Es ‘fregado’ que reciba terapia, pues llega hasta descalificar al especialista en salud mental.  

Solo, incluso acompañado...

Al vivir en comunidad, no debemos olvidar la importancia de la colaboración. “Nadie puede sobrevivir solo, es necesario depender de lo que los demás son o hacen para satisfacer las necesidades personales. No somos islas y requerimos la retroalimentación en nuestras vidas”, manifiesta Villacís, quien habla un poco más sobre la soledad del autosuficiente. Él es solitario no físicamente hablando, también emocionalmente. Él incluso puede ser popular, pero no posee relaciones verdaderas, pues siente que no necesita de nadie, no crea un vínculo real.

La sobrevaloración

Pueden producirse varias consecuencias, como la infelicidad, soledad, etc, pero también la ineficiencia, pues existe una severa exigencia hacia sí mismo y no se ‘para bola’ a los criterios u opiniones de los demás, uno puede equivocarse, porque nadie es perfecto. Al no aceptar las correcciones u observaciones de otros pueden darse pérdidas significativas en el trabajo, familia o sentimentalmente, sostiene Rojas. 

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