Exclusivo
Familia

Factores genéticos, físicos, psicológicos y ambientales inciden en crisis de ansiedadPixabay

Ante la ansiedad, respira y acude a terapia

Aprende a identificar los síntomas. Evita hacer preguntas incómodas que puedan afectar más a quien lo padece. La ayuda de un experto en salud mental es clave.    

En algún momento de la vida es normal que experimentes tensión y preocupaciones, las cuales pueden causarte ansiedad. Esta última es una respuesta ante una amenaza o situación de estrés y está relacionada con la sensación de miedo y cumple una importante función en la supervivencia, sostiene la psicóloga clínica y catedrática Marcia Colmont.

“Esta emoción normal del sujeto se convierte en algo patológico cuando se sale de control, ocurre en momentos inapropiados, cuando es muy frecuente o la intensidad es tal, que interfiere con el desarrollo habitual de la persona en su día a día”, expresa la especialista.

Señales a identificar

Son variados los síntomas. La persona puede experimentar dificultad para respirar, el pulso más rápido, sensación de taquicardia, sudoración, incluso puede llegar a desmayarse, dice Colmont.

Su colega David Jarrín añade preocupación excesiva, pensamientos recurrentes respecto de la situación desencadenante, insomnio, se despierta varias veces en la noche o antes de lo previsto, opresión en el pecho.

¿Qué puede causar una crisis? Algunos factores podrían estar implicados: Los genéticos (antecedentes familiares con trastorno de ansiedad); ambientales y de entorno (experimentar un acontecimiento traumático); perfil psicológico (personalidad, temperamento, carácter); estado físico (sedentarismo, etc.).

Distinto al ataque de pánico

“Ambos cuadros pueden generar síntomas o manifestaciones similares, no obstante, un ataque de pánico tiene mayor consideración en su gravedad, ya que la persona que los sufre puede llegar a pensar que su vida realmente está en peligro”, señala Jarrín.  

Formulación de preguntas

“Lo peor que puede hacer es no validar las emociones de la persona. Hay comentarios que no benefician como: “No te preocupes”. “Ya va a pasar”. “Tú eres fuerte”. “Debes aprender a manejarlo”. “¿Por qué estás así?, si lo tienes todo, tu vida es tranquila”, indica Colmont.

Mejor pregúntale: “¿En qué te puedo ayudar?”. “¿Qué necesitas de mí?”, así sentirá tu apoyo, expresa la psicóloga.

Para Jarrín resulta contraproducente señalar culpas en el paciente que lo hayan llevado a una situación estresante. Frases como; “Tú te pusiste en esta situación”. “Tienes que calmarte, no es para tanto, pon de tu parte, ya supéralo, haces drama”, solo generan culpa y ahondar más la problemática.  

EXTRAtips

1. Que la persona se haga exámenes médicos. Así los galenos descartarán que esta problemática o los síntomas estén relacionados con la parte fisiológica.

2. Es importante que todos acudan a terapia. Tanto el que la padece como quienes viven con él deben ir a sesiones. El primero para que aprenda a manejar su estado ansioso y los familiares para que lo puedan comprender y ayudar a superarlo. La consulta con un experto en salud mental es esencial, pues él determinará si el caso requiere medicación o no, pues no todos la necesitan.

3. Los ejercicios de respiración son efectivos. Benefician a calmar esos cuadros de ansiedad. Que la persona ansiosa inhale y exhale profundamente, que contenga el aire unos tres segundos, luego lo suelte. Que haga varias repeticiones, unas 10 o 15.

4. Que los parientes entiendan que estos episodios no solo depende de decisión. Ni de fuerza de voluntad, predisposición, motivación o ganas de quien lo experimenta, sino que requiere acompañamiento, apoyo y paciencia por parte de su círculo de confianza (familia, amigos, etcétera).

“La ansiedad no genera hipertensión, pero puede crear un aumento de presión arterial drástico, pasajero, impactando en el funcionamiento de órganos”.David Jarrín, psicólogo clínico
Los ejercicios de respiración ayudan a calmar los momentos de tensión.Pixabay
“Todos podemos experimentarla, indistintamente del sexo, edad, etcétera. Lo que podría variar es la intensidad con la que cada persona la vive”.Marcia Colmont, psicóloga clínica