En el 2020 el mundo fue marcado por una palabra: coronavirus, el nombre con el cual se conoce a un tipo de virus que afectó la salud, la economía y las relaciones sociales del ser humano. Aún hay incertidumbre sobre la vacuna y las consecuencias de la pandemia se prolongan.

Es probable que te enfrentes a diversos miedos: lo que vendrá (otra enfermedad, más desempleo, desastres naturales, etcétera); a las pérdidas (de seres amados, estabilidad financiera); al fracaso (no alcanzar los objetivos o que se empeore la cosa).

EXTRA conoce a sus lectores y los entiende, por eso comparte importantes consejos de cuatro coaches, para que el 2021 sea un año ‘posi’.

¡Completito!

Toda persona es un ser biopsicosocial y espiritual, por lo tanto, debe atender todas estas áreas para poder arrancar un buen año. Hágalo de forma integral.

En la parte corporal es importante que te alimentes e hidrate bien, descanses, hagas tus respectivos chequeos médicos, realices ejercicios o practiques un deporte.

“Luego de tres meses de entrenamiento el cerebro cambia y los efectos son similares a los de un antidepresivo”, sostiene Carol Obando, psicóloga y coach.

Su colega Samuel Merlano indica que sin salud es más dificultoso lograr objetivos. Aconseja en la parte psicológica pensar en positivo, aumentar la autoestima y perdonar a otros o a sí mismo.

“Deja de lamentarte si te hicieron o no algo; tampoco te culpes por los errores, estos aclaran el camino”, señala el especialista, quien recomienda en lo social a trabajar en equipo (en la familia, trabajo, estudios, barrio), cuidar las relaciones, los vínculos, rodearte de personas que sumen a tu vida, que no sean tóxicas; y mucho ojo con lo que dices y escuchas.

Si te mantienes en contacto con otras personas, puedes tener más chance de enterarte de una posibilidad de ‘camello’.

Lo espiritual es clave, sobre todo en tiempos de pandemia, pues la fe en Dios ha servido para afrontar las consecuencias del COVID-19.

Ayudar a los demás es otra herramienta que debes emplear, pues lo que uno hace se revierte, tanto lo bueno como lo malo, manifiesta Merlano.  

¿En quién me convertí?

Céntrate en el presente, eso no significa que niegues que has pasado por situaciones difíciles, el secreto está en resignificar lo que sucedió, es decir, verificar en quién te convertiste después de un momento adverso, las fortalezas que eso te trajo y empezar a usar esos recursos en acciones positivas, aconseja Obando.

Cero quejas

Despójate de las cosas que no te son útiles. Aquello de querer conservar algo y guardarlo para mañana es pensar que voy a tener una carencia, manifiesta la psicóloga y coach Karolina Pazmiño.

La experta sugiere reconocer que en ocasiones hablamos en negativo, desde la queja, la escasez, por eso hay que modificar ese lenguaje. “Tampoco es engañarse, pero hay que darse la oportunidad de ver lo que sí tenemos, somos o que hemos alcanzado”.

Tipos de motivación

Existen dos: La intrínseca (viene de uno mismo) y la extrínseca (refuerzos externos). Lo ideal es aprender a desarrollar la primera para cuando no haya alguien que nos diga algo agradable no nos desmotivemos.

Por eso primero mira hacia adentro e incrementa la autoestima.

“Antes de dormir puedes identificar tres cosas buenas que tienen que ver contigo. Pueden ser sencillas, por ejemplo: la paciencia que tuviste en alguna situación, el buen sentido del humor, etcétera. Si cada día buscas algo positivo, estás cambiando tu foco de atención y estás aprendiendo a darte valor a ti mismo”, expresa Obando.

Objetivos reales y específicos

El coach Carlos Luis Andrade sostiene que la meta debe ser realmente necesaria, por eso es fundamental que te preguntes: ¿Para qué quiero…? Otro punto a considerar es que el objetivo dependa de ti, de tu esfuerzo; y debes ser específico. “Quiero bajar de peso, cuántas libras, hasta qué mes me doy chance para eso”, ejemplifica el experto, quien insta a visualizar el cumplimiento de la meta trazada y disfrutar el camino de principio a fin.