Sucedió un accidente, una muerte violenta, una ‘puñetiza’ entre dos personas y en lugar de salir ‘soplado’ a dar una mano a la víctima, lo que hago es sacar el celular para registrar el acontecimiento y subirlo a mis redes sociales.

A este tipo de actitud se la denomina dentro de la psicología como el efecto del espectador, pues al suceso se lo vuelve un ‘espectáculo’.

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La psicóloga clínica Lizbeth Lascano señala que los ‘camarógrafos’ suben los videos a sus cuentas para ser parte de la historia, se sienten protagonistas de estas.

¿Quiénes no filmarían? Personas con valores bien instaurados en los hogares, empáticos y sensibles a la realidad del otro, expresa la especialista.

Según su colega, Luis Siguencia, algunos también esperarían que otros actúen, pues no quieren comprometerse con ningún tipo de responsabilidad que lo vinculen en los procesos legales, en caso de que sea una muerte violenta, por citar un ejemplo.

“Los ‘pelados’ lo harían por buscar fama. Otros, los adultos, quieren dar primicias, pero todos van detrás de un like (me gusta)”, manifiesta el experto, quien considera que las consecuencias para la víctima del hecho podrían ser terribles: empeorar su estado de salud por no ser atendido a tiempo, e incluso perder la vida.  

1. Sé empático. Nadie está libre de que le sucedan acontecimientos lamentables, incluso podría ocurrirle a nuestros familiares y lo que más deseamos es que ellos sean atendidos con prontitud para que su salud o vida no sea mayormente afectada.

2. Enséñale a tu hijo, habla del tema. Hazle entender que más que la tecnología, está la humanidad con los demás, que grabar no debe de ser la primera reacción y mucho menos si alguien ha fallecido, que piense en el dolor de una familia.

3. Si no puedes controlarte, anda a terapia. Busca ayuda profesional en el área de psicología si te das cuenta de que te agrada grabar en lugar de colaborar.

4. Usa el ‘celu’ para ayudar al prójimo. Puedes llamar a una ambulancia, a la Policía, etcétera. El mejor reconocimiento no es el que te da las redes, sino la conciencia. 

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