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En Quito: ¡Yerbateras bioseguras!
Las tradicionales curanderas vuelven a hacer las limpias energéticas, pero sin soplar trago, ni echar humo de cigarro, ni sacarse el tapabocas.
Las yerbateras volvieron a ponerse los delantales luego de casi nueve meses de cerrar sus puestos en el Mercado San Francisco, ubicado en la calle Rocafuerte, centro de Quito. Pero, por el COVID-19, con algunos cambios.
Mercedes Correa, de 74 años, reabrió su puesto ayer. De la emoción regaló algunas de sus hierbas e hizo limpias gratis. “Mis hijos no me dejaban salir porque soy de la tercera edad, pero mi vida es el mercado”, comentó.
Ella tiene precaución por el virus, así que, como sus otras seis compañeras, cumple con los protocolos de bioseguridad para evitar su propagación. Segundo Núñez, presidente del mercado, explicó que debido al tipo de trabajo que hacen no podrán cumplir con los dos metros de distancia con los clientes. Añadió que está prohibido sacarse el tapabocas.
Antes de la pandemia, las mujeres tomaban bocanadas de puntas (licor) para soplárselas a los usuarios. También les echaban el humo de los cigarros. Eso ya no se puede hacer.
Mercedes ya se acostumbró a esta nueva normalidad. Ahora baña las hierbas con las puntas y colonia para sacudirlas sobre el cliente. “También les limpiamos con huevos y ají, pero no cerca de la nariz ni la boca”, explicó.
Oficio centenario
Las mujeres que ejercen este trabajo pertenecen por lo menos a la tercera generación de yerbateras y curanderas. Sus madres y abuelas les heredaron sus saberes y las formas de usar las plantas para sanar a las personas.
“Si es para curar una dolencia física les mandamos infusiones, si es una dolencia espiritual baños”, comentó Laura Analuisa, también curandera de este mercado fundado en 1893 y considerado como el primero de la capital.
Ella creció entre las hierbas y combinó estos conocimientos con la carrera de gastronomía. Ahora experimenta con platos medicinales.
Las madres de familia son quienes más buscan a estas señoras para curar el espanto a los niños. En presencia de las progenitoras le bañan con colonia en todo el cuerpo.
Después de cada paciente que entra al cubículo también se echa alcohol en los lugares de uso común. “Además casi todo lo que usamos tiene alcohol, las mismas colonias o el trago”, dice Lorena entre risas, luego de haber ‘curado’ a una clientita.
Nuevos ‘consultorios’
Este centro de abastos es considerado ahora como el primer mercado temático de la capital dedicado a la medicina ancestral. “Esto es parte de la cultura y del patrimonio intangible del Distrito Metropolitano de Quito”, explicó Romel Rosero, director de mercados.
“Antes daba miedo hasta abrir las puertas porque parecía que se nos caían encima”, dijo Mercedes. Ahora tienen un espacio con puertas corredizas para que los usuarios tengan mayor privacidad.
“La idea es salvaguardar el patrimonio inmaterial de esta ciudad que se evidencia en estos conocimientos ancestrales que se transmitieron desde hace varias generaciones”, señaló Raúl Codena, director del Instituto Metropolitano de Patrimonio.
Se prevé, además, intervenir los 64 mercados de la urbe y convertirlos en temáticos. A partir de esto, impulsar el turismo con una Ruta de los Mercados. “La herbología es una tradición que se inserta en los espacios urbanos gracias a estas mujeres”, concluyó.