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Dos voceadores muestran con alegría el Diario EXTRA que venden todos los días en Quito.Karina Defas

Voceadores de Pichincha: 100 años de trabajo duro

Vendedoras de periódico cuentan un poco de su historia en este oficio con el que han mantenido a sus hijos.

Aunque era un día festivo, María Toapanta no se despegó de su material de trabajo: los periódicos de EXTRA y los billetes de Lotería que estaban bien acomodados en una tabla.

La mujer ha dedicado 40 años de su vida –ella tiene 66– a vender diarios en el sector del parque El Ejido, centro - norte de Quito. La señora forma parte de la Sociedad de Voceadores de Pichincha que este 1 de mayo celebró sus años de creación.

“Estoy muy orgullosa de trabajar en esto porque me ha permitido mantener a mi familia. En especial, he sacado adelante a mis cuatro hijos que son profesionales”, describió esta mujer de cabello gris y de gran sonrisa.

"Todavía sobrevivimos en el espacio público, en las veredas”.Mario Báez
Presidente de la Sociedad de Voceadores de Pichincha

Toapanta contó que tenía 20 años cuando le gustó la venta de periódicos. Cuando vivía en Toctiuco, barrio emblemático capitalino, salía cada madrugada para llegar a su lugar de oficio.

“Siempre bajaba caminando. Ahora que vivo en Chimbacalle (centro de Quito) vengo en bus cada mañana. No me he retirado aún”, detalló sosteniendo en sus manos sus fuentes de trabajo.

Herencia

Como parte de la celebración por los 100 años de esta asociación se ofició una misa en un mercado.Karina Defas

Para festejar a los voceadores y su labor frente a la cadena informativa de los medios impresos, en especial de EXTRA, se organizó una ‘megapachanga’ este lunes. Como Toapanta, los trabajadores llegaron a un mercado del centro de la ciudad para las celebraciones.

Mario Báez, presidente de la Sociedad de Voceadores, estuvo entre ellos y detalló que en realidad esta asociación se creó el 10 de marzo de 1923, pero se optó por conmemorarla aprovechando el Día del Trabajo. “Somos personas que hemos laborado bajo sol y agua. Nuestra presencia en las calles hace posible la transmisión de la información”, dijo Báez.

Con mucho orgullo, como su compañera María Toapanta, este representante contó que él es la cuarta generación que está frente a la tarea de vender periódicos. “Mi abuelito, que tiene 91 años, sigue activo y vende en el parque de Tumbaco (parroquia al nororiente de Quito)”, detalló.

"He trabajado toda mi vida y siempre lo hecho honradamente”.Cristina Orozco
Vendedora

Los más antiguos

Aparte del pariente de Báez, en el gremio también se encuentra Cristina Orozco, de 71 años, quien tampoco ha dejado de vender periódicos. Ataviada con un gorro de lana para abrigarse, la mujer llegó a la ceremonia religiosa que se ofició como parte de los festejos.

“He trabajado 56 años y lo he hecho siempre caminando. No tengo un puesto fijo y recorro muchas calles de la ciudad”, narró la señora, quien no ha conseguido comprarse una casa y cuida una mecánica con el fin de tener un techo donde refugiarse.

Explicó que hace tiempo tenía a su cargo 30 chicos que le ayudaban a vender. “Ahora me da tristeza porque no se vende como antes, pero tenemos que seguir adelante”, apostilló esta señora que mantuvo a sus siete hijos.