La preparación y sepultura de los muertos por la pandemia de COVID-19 se habría convertido en la excusa perfecta para que el funerario Jonathan Narciso Chichande Zambrano comenzara a perpetrar actos ilícitos, como la transportación de droga dentro de los cadáveres, reveló una fuente policial a este Diario.

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Chichande, de 35 años y quien es conocido con el alias de Muertero, y su pareja Shirley Morales fueron detenidos horas después del asesinato de cuatro miembros de una familia, ocurrido la noche del lunes 18 de diciembre en Progreso, parroquia rural de Guayaquil.

La investigación reveló que al funerario se atribuye al menos el 50 % de las muertes violentas ocurridas en General Villamil (Playas). En este balneario, del 1 de enero al 20 de diciembre se han suscitado 74 asesinatos, 67 más que en 2022 en el mismo período, es decir más del 1.000 %.

Chichande, quien sería miembro de la organización criminal Los Águilas, alineada a Los Choneros, fue capturado cuando iba a bordo de un carro color plomo, que según fuentes policiales participó de forma directa en el múltiple crimen de Posorja. En poder de su cónyuge se halló un revolver calibre 38.

“Durante la pandemia se inició en el hampa, hizo su ‘agosto’. Dentro de los cadáveres transportaba droga. Como por la emergencia sanitaria no se podía parar a los vehículos o hacer mayor control, él aprovechaba. Así fue escalando en la organización. Parte de las personas que trabajan con él en la funeraria también están involucrados en el tema de sicariatos”, explicó el policía.

Agregó que de acuerdo con las investigaciones, Jonathan Narciso es dueño de la única funeraria de Playas y habría tenido participación en el crimen de alias Taca Taca, el expendedor más grande de droga que tenía esta localidad, suscitado en enero de este año; además de los asesinatos de otro funerario y de un transexual, ambos ocurridos en el balneario.

“Él es el autor intelectual de estos hechos. Está involucrado en el múltiple asesinato de Posorja. Este individuo no solo los mataba, también les daba el servicio funerario, ya que aparecía en todo lugar donde había un asesinato”.

Las víctimas de la matanza en Posorja son los hermanos Danilo Yandre, de 20 años, y Joselyn Estefania Zamora Sabando, de 22. Junto a ellos fallecieron sus hijos, un varoncito de cinco años, hijo de Joselyn, y una niña de dos añitos, hija Yandre, a quien le celebraban su cumpleaños. Los criminales usaron armas de grueso calibre tipo fusil y pistola.

“Al parecer, el blanco de los criminales era una adolescente de 14 años, quien mantuvo una relación sentimental con alias Gordo, un venezolano asesinado en septiembre. Sin embargo, no se descarta que el hombre acribillado también haya sido un objetivo. Al parecer, estas personas serían afines a Los Lobos”, indicó otra fuente policial.

En este hecho de sangre, con el que solo la parroquia Posorja registra 69 crímenes a 11 días de que termine este año (24 más que en 2022 en el mismo lapso), también resultó herida una joven de 19 años, familiar de los ahora occisos. 

Una situación que causaba sorpresa entre los habitantes de Playas era la presencia de Chichande cada vez que se perpetraba un hecho de sangre, incluso cuando aún no aparecía la policía. “Llegaba a ofrecer sus servicios funerarios, incluso se llevaba los cadáveres antes de que Criminalística haga el levantamiento oficial”, dijo un morador que solicitó la reserva de su identidad.

Durante este año, el Muertero sufrió dos atentados mientras se movilizaba en su vehículo. Salió ileso.

Lo que también ha causado asombro en la ciudadanía es que el hombre, investigado por ser líder de un banda criminal, durante la pandemia donó mas de 30 féretros a personas de escasos recursos.

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